Con una reproducción de un campamento mambí en áreas del Potrero de Jimaguayú, una representación de camagüeyanos le rindió tributo hoy a Ignacio Agramonte a 150 años de su caída en combate.
El ejemplo del prócer aún late en estas tierras y en este día se recordó a aquel diamante con alma de beso que fue uno de los líderes más sobresaliente de la Guerra de los 10 años y redactor de la Constitución de Guáimaro, la primera de la República.
Para Félix Duarte Ortega, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, quien tuvo la oportunidad de participar en el homenaje al Mayor cuando los 130 años de su muerte, este acto conmemorativo fue un regalo de su pueblo.
«Lo que ha sucedido hoy tiene que ver con nuestra historia, con el compromiso de las nuevas generaciones, quienes enaltecen la figura de Agramonte y nos dejan un legado con la Patria y la continuidad del socialismo», añadió.
El acto nacional conmemorativo fue propicio para entregar a 100 jóvenes, quienes acamparon en el lugar desde el día anterior, el carnet que los acredita como miembros de la UJC y a otros 50 el del Partido Comunista de Cuba.
Lesyani Alfonso Hernández, estudiante de onceno grado, y Ariel Montalvan Ronquillo, quien cumple su servicio militar activo, fueron algunos de esos jóvenes que agradecieron el honor de formar parte de la Ujc un día tan importante. «Esto, dijeron, es un premio que nos compromete a ser mejores».
De igual manera se reconocieron un grupo de instituciones que promocionan y enaltecen los valores humanos, patrióticos e históricos de la vida del Bayardo, tales como la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, el Museo Casa Natal de Ignacio Agramonte, Museo San Juan de Dios, entre otros.
Pero, como dijo en las palabras centrales Federico Hernández Hernández, primer secretario del Pcc en la provincia, el Mayor sigue convocando a los cubanos y más en tiempos difíciles como este, donde su ejemplo anima y compromete para vencer.
«Y es que fue un hombre, añadió, que con solo 31 años fue y es de los imprescindibles de la Patria. Donde estaba él había una escuela.
«Recordemos a Agramonte con la certeza de que para lograr más resultados tendremos la vergüenza de los cubanos».