En la época, que vivió Carlos Marx se practicaba un juego cultural de salón denominado Confesiones en el que las niñas realizaban un cuestionario a sus mayores, como lo hizo con él una de sus hijas, Jenny. Tres de sus respuestas lo revelan de cuerpo entero:
Virtud favorita en el hombre: La fortaleza.
Su principal característica: La unidad de propósito
Idea de la felicidad: La lucha.
Fortaleza, unidad y lucha son su legado para todos los tiempos. Esos tres ingredientes han fecundado los combates de los patriotas cubanos quienes armados de las ideas marxistas, indisolublemente ligadas al pensamiento martiano y al ejemplo de Fidel les permitieron sacudirse la explotación y construir una nación independiente.
En la primera celebración del Primero de Mayo en el mundo en 1890, Engels escribió:
“El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!”
No pudo contemplarlo entonces pero el que ofrece Cuba este 5 de mayo, aniversario 205 de su natalicio, cuando en toda la geografía nacional hombres y mujeres libres, protagonistas del presente y el porvenir colman plazas y calles para celebrar el Día Internacional de los trabajadores, se convierte en un homenaje al acertadamente llamado Prometeo de Tréveris, que a semejanza del mítico personaje les entregó a los hombres el fuego de una ciencia transformadora demostrativa de que se podía vencer a los “dioses” que hasta entonces dominaban el curso de la humanidad.