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Out 27: De Artemisa, Granma e Industriales. ¿Qué pasa con ellos?

Los primeros 30 juegos del calendario ya son historia para la mayoría de los equipos en esta 62 Serie Nacional de Béisbol, por demás rara en cuánto a números que no se explican por sí solos, en tanto Artemisa va siendo el equipo sensación, a la par que el campeón defensor, Granma, y los siempre mediáticos Industriales reposan en un sótano que nadie, ni el más arriesgado, pronosticó para ellos en este momento del calendario.

La tropa que dirige el debutante Yulieski González se ha ganado los mayores asombros por un desaforado bateo (líderes en average, anotadas, extrabases, hits, triples) y una barrida increíble propinada a los mismísimos azules con juego perfecto incluido a la cuenta de Geonel Gutiérrez. Y precisamente aquí aparece la primera incongruencia, pues es el segundo peor equipo en pitcheo (6,88 pcl) y su fildeo nada sobresaliente.

¿Se puede liderar la tabla de posiciones y hasta clasificar entre los ocho mejores con un rendimiento como el de Artemisa? ¿Podrá mantener una alineación como la de Cazadores esa producción de carreras que a veces nos parece estar viendo pizarras de juegos de balonmano en lugar de béisbol? Y que conste que desde ya aplaudo el trabajo de su dirección en aglutinar jugadores y metas a corto plazo, solo que como dice el refrán «la lista no cuadra con el billete».

En el otro extremo, llenos de optimismo y también de interrogantes, andan los Alazanes de Granma. Su ofensiva sigue estando entre las punteras y sus lanzadores no han estado mal en una temporada donde estar por debajo de 5 promedio de carreras limpias por partido (4,89) es para tirar fuegos artificiales. Más allá del retroceso en la defensa, el equipo necesita una inyección psicológica que lo saque del marasmo que le dejaron las cuatro derrotas contra Holguín, Isla de la Juventud y Pinar del Río.

¿Cómo es posible este último lugar si Osvaldo Abreu, Alexquemer Sánchez y Carlos Benítez andan encendidos con el madero, sin olvidar a Guillermo Avilés? Nada hay que reprocharle a Despaigne, pues si bien es cierto que ha jugado intermitente, ellos clasificaron y ganaron sus cuatro coronas sin el 54 en fases clasificatorias. El repunte de estos Alazanes es previsible en breve, aunque la nueva dirección que sustituyó al profesor Carlos Martí no debe olvidar una de sus lecciones: «confiar en los jóvenes».

Finalmente, lo de Industriales es sencillamente desastroso. No recuerdan muchos haber visto un equipo azul como el de más pobre bateo y menos carreras anotadas en una campaña. Las lagunas del pitcheo se sabían y el colmo ha sido llevar a Andy Vargas a funciones de abridor. Es cierto que hay tiempo para ascender y recortar diferencias, pero las costuras dentro de una formación como esta no se cierran con arengas y espontaneidad.

Hace unos años un gran conocedor de nuestro béisbol aseguraba que «como vaya Industriales así irá la pelota cubana». Puede parecer muy absoluto y parcial ese planteamiento, pero la emotividad de enfrentar a los capitalinos da una pimienta especial a conjuntos y aficionados, que anda desaparecida este año, pues no solo fueron barridos por Artemisa, sino que Santiago de Cuba los dominó cuatro veces, al igual que los Gallos de Sancti Spíritus.

¿Podrán rugir los Leones en los 45 juegos restantes? A diferencia de los Alazanes, la tarea parece más difícil, aunque la soledad que deja en el Latinoamericano preocupa no por números de aficionados en las gradas, sino por el bajo nivel que va mostrando la provincia con más talentos en todas las categorías.

Pronto volveremos para comentar de Santiago de Cuba, Pinar del Río y Matanzas, así como de algunas individualidades que quizás oxigenen los próximos equipos Cuba para los Juegos Centroamericanos y del Caribe y los Juegos Panamericanos.

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