Ercilio Rey Parada Sánchez es un hombre fornido, fraguado bajo el sol de los cañaverales santiagueros, y un poco más allá, pero ni toda esa fortaleza física, ganada por más de 40 años al volante de su camión, le pudo contener las lágrimas cuando recibió la Orden Lázaro Peña de II Grado.
Anoche, en el Salón de los Vitrales de la plaza de la Revolución Antonio Maceo mientras José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en Santiago de Cuba le colocaba en el pecho la medalla, Ercilio derramó lágrimas de emoción, de orgullo, gotas que eran, de algún modo el resumen de su esfuerzo, de su entrega cotidiana en la Empresa Logística Azumat.
Similares emociones vivieron los 11 trabajadores, de diferentes sindicatos, acreedores de la Orden Lázaro Peña de III Grado, los 19 que se alzaron con la medalla Jesús Menéndez, y los 15 dirigentes estimulados con diplomas por cinco, 10 y 15 años vinculados a los menesteres sindicales.
El momento de merecido homenaje forma parte de las acciones de la Central de Trabajadores de Cuba en la provincia santiaguera en el contexto de la jornada de celebraciones por el Primero de Mayo.
Las palabras de elogio a los distinguidos estuvieron a cargo de Orlando Beltrán Minier, miembro del secretariado de la CTC en la provincia quien realzó la heroicidad cotidiana de todos ellos y la capacidad de hacerle frente a las adversidades, cuestión que se hace tangible igualmente en todo el pueblo cubano.
Justamente a ellos, al resto de los afiliados del territorio y al pueblo en general, Beltrán Minier los convocó a “sumar a la patria manos y corazón, que significa más trabajo, unidad y compromiso por perfeccionar y continuar avanzando en la inmensa obra de equidad y justicia social de la Revolución”.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.