Por: Annabel Villa Thomas. Licenciada en Turismo
El auge que ha conseguido el turismo accesible en los últimos años es innegable. Cada vez son más los países que buscan incorporarlo en su forma de gestión, al percatarse que las personas con discapacidad merecen disfrute y participación plena en la actividad de ocio.
Tanto es así, que la modalidad ha pasado de ser un tipo de turismo, a convertirse en un requisito de calidad en la oferta de los destinos.
Cuba, como otras naciones en la región, muestra gran interés por convertirse en plaza accesible, y lograr así mayor posicionamiento en el mercado.
El turismo accesible se especializa en diseñar viajes adaptados según el tipo de discapacidad y necesidades de cada persona, libre de barreras físicas, de la comunicación y sociales y concebido para el disfrute en toda la cadena de valor turística (transporte, hoteles, atractivos turísticos, excursiones y restaurantes).
Al formar parte de la Red Iberoamericana de Turismo Accesible en el 2016, Cuba evidenció su compromiso para potenciar atractivos y adaptarlos a las necesidades del segmento de personas con discapacidad.
El cierre obligatorio por la Covid-19 constituyó un escenario propicio para el inicio de los trabajos de restauración y mantenimiento de las instalaciones turísticas, lo cual incluyó acciones constructivas para el mejoramiento de las infraestructuras y la eliminación de barreras arquitectónicas.
Como ejemplo destacado trasciende el emblemático Hotel Nacional de Cuba, del grupo empresarial Gran Caribe, merecedor de la Certificación de Accesibilidad Universal, convirtiéndose en la instalación más accesible del destino. Precisamente la emblemática instalación acogió en el 2021 la IV Cumbre Iberoamericana de Turismo Accesible.
En un viaje organizado por la agencia Enjoy Travel Group, el pasado mes de febrero, por primera vez llegaron a La Habana desde España turistas en situación de discapacidad, noticia muy alentadora sobre los pasos para afianzar este tipo de acceso a las propuestas de ocio hechas en la Mayor de las Antillas.
A pesar de evidencias como estas, que apuntan a la promoción de este tipo de opción, sobre todo en instalaciones de alojamiento, su alcance sigue siendo limitado, al no tener suficiente reflejo las entidades del Ministerio de Turismo.
La necesidad de extender estas acciones más allá de los hoteles hasta materializarla en toda la cadena de valor del turismo, ha sido tratada en los intercambios entre Cuba y la Red Iberoamericana de Turismo Accesible, atendiendo al criterio de que su implementación va más allá de tener solo hospedajes con este tipo de modalidad.
Es un hecho que el turista no solo viaja para alojarse, sino que busca opciones complementarias que hagan más satisfactorias y memorables su experiencia, algo que no debería ser diferente para los visitantes con discapacidad.
Resultan esperanzadores los primeros pasos ya dados en el país. Destacan, por ejemplo, la Agencia San Cristóbal y la Oficina del Historiador en La Habana, las cuales han contado con el apoyo de las asociaciones Asociación de Limitados Físico- Motores (ACLIFIM), Asociación Nacional de Sordos (ANSOC) y la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI), con buenos exponentes en la Sala Braille de la Biblioteca Rubén Martínez Villena y rutas turísticas accesibles por las Plazas patrimoniales de la ciudad.
A pesar de la voluntad política por desarrollar el turismo accesible y favorecer la inclusión, es necesario implementarlo lo antes posible, por el impacto director que ello tendría en elevar la competitividad del destino Cuba, y atraer los potenciales viajeros en un segmento en crecimiento, ya sea discapacidad, envejecimiento o con limitaciones físicas temporales.
Una ventaja para acometer estas iniciativas está en las experiencias de la ACLIFIM, ANSOC y ANCI, asociaciones que podrían servir de asesoras, junto con especialistas de otras áreas, para que cada acción física esté óptimamente concebida.
Convendría también crear una norma cubana que guíe los esfuerzos de quienes se dispongan a ofrecer un turismo accesible y, además, se promueva un registro estadístico comparativo, con periodicidad anual, del comportamiento de la fidelización de los turistas con discapacidad respecto al destino cubano, con el propósito de determinar el aprovechamiento de ese nicho de mercado.