El balance anual del sistema de la Agricultura reconoce los múltiples incumplimientos en los acápites de las producciones, los obstáculos para el desarrollo de los cultivares y la ganadería, sin embargo, varias veces se hicieron reconocimientos al esfuerzo de los trabajadores y dirigentes del sector.
La mayoría de las producciones no alcanzaron los volúmenes planificados para el 2022: Ydael Pérez Brito, titular del sector aseveró que «teniendo en cuenta que el fin de todos los objetivos es precisamente la satisfacción de la demanda de bienes agropecuarios y los planes no satisfacen la demanda y la contratación está por debajo del plan, hay razones suficientes para calificar de mal el cumplimiento de nuestras metas, con independencia del reconocimiento de las restricciones y del enorme esfuerzo realizado.
El indicador que mide la gestión del sistema empresarial es desfavorable, plantea el informe presentado al balance, con saldo negativo de más de 2 mil 611 millones de pesos. Los grupos empresariales Ganadero, Agrícola, Agroforestal, Gelma y Acopio, y 135 empresas cerraron con pérdidas.
El Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, precisó que la insatisfacción radica en no lograr los resultados que demanda el pueblo, de un sistema golpeado durante años por el bloqueo de Estados Unidos, además de la pandemia de Covid-19, falta de combustible y la importación de los alimentos.
Afirmó que no tenemos divisas para ponerle lo que lleva el campo; cuando se dispone de los recursos que requieren las producciones, los rendimientos se disparan. Tiene que haber un cambio en la matriz de la agricultura, porque el dinero no alcanza para todo; no se trata de mala administración o prioridad; el camino es generarlo.
Hay que avanzar con ciencia e innovación, integrando los saberes de la ciencia. Marrero significó que los resultados de este primer trimestre son malos, sin embargo, hay lugares donde se hacen bien las cosas y hay buenos niveles de producción.
La agricultura tampoco alcanzó resultados en su gestión; en realidad hay problemas organizativos, el lenguaje que se habla arriba no es el mismo que se habla abajo. Medio millón de cubanos garantiza el 20 % de la producción agrícola, el resto lo proporcionan los demás sectores.
“Es uno de los organismos al que más tiempo y jerarquía le dedica la dirección del país”, pero hay que fortalecer la estructura en las provincias y municipios que es el escenario de la agricultura, y poner al productor en el centro para lograr estabilidad y precios justos, y que desciendan los que imponen los intermediarios. Instó a cambiar las estrategias en la inversión extranjera y la colaboración, pues no se avanza tampoco.
Del programa sobre la ruralidad, impactada por el bloqueo, hay que ver además la desatención, el envejecimiento de la población, la diferencia entre los productores que tienen dinero y los que cosechan pequeñas parcelas. Hay que elevar la atención al campo.
Al tema también se refirió el Viceprimer ministro Jorge Luis Tapia, quien alertó sobre la necesidad de estrechar los vínculos con los productores y el acercamiento a una tarea con muchos problemas como es la contratación de las producciones, que le corresponde a las base productiva, las empresas y a Acopio.
Sobre las transformaciones en la integración de la ciencia y la innovación, así como la búsqueda de estrategias para financiar las producciones de arroz y frijoles explicaron Telce González, director de Desarrollo del Minag y Frank Castañeda, presidente del Grupo Agrícola.
En la ganadería se observa el decrecimiento de la masa en 140 mil 710 cabezas con relación al cierre del 2021; la natalidad alcanzó el 45.27 %; la mortalidad alcanza el 5,31 % y crece el hurto y sacrificio de ganado mayor crece en 48 mil 755 cabezas, además de las faltantes.
Revertir la compleja situación que vive este sector demanda realmente el cambio de mentalidad que se les solicita: buscar los financiamientos para producir, cuando muchos productores están demostrando que es posible.
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