Mientras acomoda las sillas para comenzar a dar servicio, el dependiente Enrique Lorenzo se emociona al hablar de cómo perdura en la memoria la épica lucha de un país que con Fidel a la cabeza logró el regreso a la patria del pequeño retenido en Estados Unidos.
“Fueron meses de sufrimientos —recuerda—. Para suerte de quienes lo queremos, aquel niño creció, tiene 29 años, y acaba de ser elegido diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP)”, dice.
Es domingo, y antes de que el bar empiece a llenarse, me adelanto en preguntarle a Juan Miguel el significado de tal honra. “Es señal de que cuanto se hizo por su bienestar valió la pena. Si para cualquier persona debe ser un honor formar parte de la ANPP, en su caso, sería otra excelente ocasión de retribuirle al pueblo el apoyo que nos dio cuando más lo necesitábamos”.
En un momento como este, “no dejo de pensar en lo feliz que estaría el Comandante en Jefe. De eso no tengo dudas, como tampoco de la gente que lo quiere y se alegra con cada éxito del niño que defendió”.
Aunque de forma oficial ocupará silla en el Parlamento el próximo 19 de abril, a esa instancia, el nombre de Elián González Brotons ya había sonado. Fue el 20 de diciembre de 1999, fecha de aquella declaración de la ANPP, exigente, entre otras peticiones, del cese del inhumano secuestro.
Surgía, de esa manera, un vínculo entre el infante cardenense y el órgano supremo del poder del Estado. Elián nació a inicios de laIV Legislatura, sobrevive al naufragio en la V, y formará parte de la X exactamente una década después del año 2013, fin del ciclo de los dos mandatos de su padre como diputado en las Vl y VII Legislaturas.
“Además, tuvimos la dicha de compartir como invitados aquella última sesión de la ANPP del 2014 y disfrutar del regocijo de la llegada de Gerardo, Ramón y Antonio, completándose así la liberación y presencia en casa de los Cinco Héroes.
“Estoy seguro. Él pondrá todo su empeño en cumplir la tarea que le toque. Cuando supo de su propuesta en los diferentes plenos, vino a verme y hablamos de la responsabilidad que entraña un puesto como ese, si era electo. Le preocupaba no estar a la altura. Le transmití mi experiencia, sobre todo en la Comisión de Atención a los Servicios.
“Le recomendé caminar los barrios, las fábricas, vincularse con los electores, escucharlos, tramitar sus problemas, y estudiar mucho para convertirse en un legislador competente, que aporte, que ayude a lograr la prosperidad anhelada”.
Elián, confiesa Juan Miguel, “es consecuencia del alma noble de esta nación, del cariño de su familia, de la formación recibida de sus maestros y profesores, de muchas personas… Es bueno, lo es como hijo, nieto, hermano, amigo y trabajador. Es también un maravilloso padre, feliz con su esposa y su niña de dos añitos”.
Es además, afirma, un joven de su tiempo, de esos que ahora integrarán la ANPP, como claro mensaje de una juventud con la que se puede contar para mejorar el país y defender sus conquistas.
En el camino recto transitado por Elián Juan Miguel sigue siendo fundamental. “Es mi ejemplo. Siempre ahí, para que no me creyera diferente, ni mucho menos superior a nadie, y me mantuviera en el sitio correcto, en la sencillez, en la humildad”.
En la ANPP Elián representará a Cárdenas, su región natal. Entre la urbe y él existe un afecto mutuo, heredado de las enseñanzas de un padre que “decidió quedarse en este terruño, a pesar de las tentadoras ofertas de empleos que le han hecho. Ese mismo amor lo siento yo por mi ciudad… Aquí permaneceré”, afirmó al ser proclamado Hijo Ilustre por la Asamblea Municipal.
“Nunca esperé ser diputado… Ahora siento el especial orgullo de llegar al Parlamento y poder estar cerca de Raúl Castro, para que me corrija si lo estoy haciendo mal. Eso espero de él, como también lo hubiese querido de Fidel”. Del pueblo también espera que cuando se le acerque plantee sus problemas. “Me sentiría mal si no lo hace”.
Son casi las diez de la mañana del domingo. El bar Varadero está a punto de comenzar. Juan Miguel mira el reloj, se pone de pie… Junto con la piña colada, me regala también una certeza: “Elián, Elián será mejor diputado que yo”.