La Convocatoria al Primero de Mayo por parte de la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos nacionales, es a que la jornada de movilización para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores se caracterice por la eficiencia.
Si logramos que, presidido por el lema: “A la Patria, Manos y Corazón”, los trabajadores consigan eficacia, este Primero de Mayo será el punto de partida para acelerar el rompimiento de lo que cada vez con más frecuencia se alude como Bloqueo Interno.
¿Por qué el movimiento sindical insiste en que la jornada se caracterice por la eficiencia? ¿Es una caprichosa selección de esa palabra y no otra como eficacia? ¿Qué importancia para la acción puede tener la claridad de los conceptos?
Durante las actuales condiciones, que son bien complejas, lo común es que en la mayoría de las ocasiones aspiramos a conseguir eficacia, entendida esta como la capacidad para lograr el resultado deseado o esperado.
En otras palabras: trazamos con fuerza el objetivo de cumplir, para lo cual ajustamos y reajustamos planes; hacemos ingentes sacrificios y al vencer el propósito, solemos sentirnos tranquilos o mostramos inconformidad por no cubrir necesidades.
Luego vienen nuevas etapas y volvemos a fijar metas queriendo que sean más altas que las anteriores o superen el real alcanzado en algún momento, pero no debiera olvidarse que el único objetivo no es ser eficientes, es decir, conseguir lo propuesto.
La eficiencia nunca debe ser relegada. Según el Diccionario de la Real Academia Española, es la capacidad de disponer de alguien o algo para conseguir el cumplimiento adecuado de una función, es decir, lograr las metas con la menor cantidad de recursos.
Obsérvese que lo esencial en la definición es que sin afectar la calidad, rebajemos al mínimo el uso de los recursos, incluidos el irrecuperable tiempo, algo que de lograrse, permitirá hacer más y mejores cosas.
No es un puro debate sobre el significado de las palabras, sino que debemos ser capaces de concientizar que el primer deber es trabajar y hacerlo con eficiencia como convoca el movimiento sindical a propósito del Día Internacional de los Trabajadores.
Si trabajamos y procedemos con eficiencia, estamos haciendo Revolución, que nada tiene que ver con abolir el trabajo, pues ni siquiera era lo que pedían los mártires de Chicago aquel primero de mayo, sino jornadas durante un tiempo justo.
La misma exigencia tenían las féminas cuando demandaron el acortamiento de las extensas y extenuantes horas de labor en protestas que dieron lugar al Día Internacional de la Mujer.
A la eficiencia convocada por la CTC y los sindicatos nacionales se llega mediante el cumplimiento disciplinado de la jornada laboral, el uso racional de los recursos, incluido el tiempo que tanto se pierde con llegadas tardías, y la dedicación desmedida a los celulares.
Se pierde eficiencia cuando existen recursos materiales y en cada paso lo vamos trabando para que demore en salir, lo cual puede suceder lo mismo por llenar modelos que nadie lee ni revisa que por navegar en las redes sociales en un prolongado y profundo viaje.
Cumpliendo el llamado del movimiento sindical, avanzaremos más en el empeño de ir desmontando las piezas que han ido formando un muro que nos bloquea internamente, y que en la medida en que sea roto, con el tiempo y demás recursos bien usados, el trabajo tendrá eficiencia y nos dará la riqueza que no bajará del cielo.