En Cuba es común encontrar colegios electorales en los sitios más insospechados constituidos para facilitar el derecho democrático de los vecinos, y todos instituidos con el más estricto acatamiento a la Ley Electoral.
Y, aunque es normal no pierde sus atractivos esta modalidad por la acogida natural que les dan a las autoridades electorales los anfitriones de escuelas, viviendas, centros laborales diversos…. Esa manera de organizar un acto de tanta significación lleva un mensaje claro de compromiso social con el presente y el futuro de la nación.
Por esa razón, desde hace ya muchísimos años en la residencia de Salvador Morales, trabajador de la empresa de Mantenimiento Constructivo en Las Tunas; y, la ama de casa, Yanelis Cervantes Ramírez, el hecho es normal y los organizadores de las elecciones en esa demarcación se sienten como en familia.
“Hace muchos años en el pacané funcionaba el colegio. Yo vi que el viento, el sol, el polvo los molestaba y les ofrecí mi casa para las próximas elecciones”, rememora Yanelis y desde entonces su morada acoge un centro de votación, en el que los integrantes de la mesa electoral se sienten muy a gusto.
Y de esa sensación dan fe, este 26 de marzo cuando Cuba elige a los diputados al Parlamento, Elsa Galarraga, presidenta; Vilmaydi Cruz, secretaria; Danka Lee, vocal, y los suplentes Arturo Avilés y Misleidis Alarcón, integrantes de la mesa electoral, quienes desde hace varios días, en ocasión de los preparativos, irrumpen, como en casa propia, en la intimidad familiar de Salvador y Yanelis y son bien recibidos.
Todos coinciden en que “el trato es excelente y de ellos recibimos todo el apoyo que necesitamos para que las cosas salgan bien”, dicen y aseguran que hasta los sorprenden con un traguito de café y animadas conversaciones demostrativas del interés por el buen desarrollo del ejercicio.
Similares opiniones tienen los pioneritos María Fernanda Polanco Cruz y George Lázaro Chapman Núñez, estudiantes de sexto y primer grados en los seminternados Boris Luis Santa Coloma e Israel Santos, respectivamente, quienes con envidiable responsabilidad custodian las urnas y agradecen por su futuro, que es “el de la Patria toda”, dicen, la participación de los electores en este momento importante para la Revolución.
Así se fraguan y se defienden, con protagonismo propio, las oportunidades que tienen, María Fernanda de convertirse en abogada “para defender la justicia y la legalidad”; y, George Lázaro de ser un pelotero famoso que ponga en alto nuestro deporte nacional.
Así, la casa de Salvador y Yanelis, marcada con el número 10, entre calles 2 y 4, en el reparto La Victoria, de la ciudad de Las Tunas, es hoy una trinchera donde se defienden los sueños de nuestros niños y de la inmensa mayoría del pueblo cubano de edificar una sociedad socialista próspera y sostenible.