Esta sección habitual de los domingos y miércoles, la escribo un lunes, y también se sale de lo acostumbrado porque, a pesar de que se incluyen, no parte de los comentarios digitales de los lectores.
Espero que me disculpen usar un medio público para algo tan personal de alguien (yo) que no le gusta la pelota y que la primera vez que entró a un estadium estaba vacío, el de Pinar del Río y fue para conocer la historia del gallo del equipo Sancti Spíritus, de lo cual no digo más porque será tema de otra Guagua.
La segunda y última ocasión fue al Sandino de Santa Clara, pero no por el juego, sino para entregar un documento a una personalidad que cambió el lugar de entrevista acordado porque quería ver un encuentro decisivo.
El domingo 19 de marzo no fue exactamente ocasión para ver un partido a través de la televisión, pues si tuve interés por el evento, no fue por razones deportivas, aunque tampoco fueron puramente políticas.
Por tanto, no llamó mi atención el juego de pelota, ni el “otro juego”, juego sucio de personas ocupadas en dañar el espíritu con que dos equipos se enfrentaron en el terreno deportivo de forma amistosa y para estrechar relaciones propias de humanos.
No niego que pude o no estar influido de manera inconsciente en pensar cómo fortalecer el Equipo Cuba, al que popularizan como Team Asere, o analizar a los que realizaron actividades ajenas al deporte con malas pretensiones hacia la construcción del Socialismo en Cuba.
El primer pensamiento que tuve, lo escribí en un post:
Desde el punto de vista de mi origen chino, miré las gradas del LoanDepot Park de Miami y creció mi admiración por mis padres emigrantes que me enseñaron a no odiar ni denostar su patria asiática ni tampoco el país donde reposan sus restos.
Transcribo respuestas:
Luis Sanchez del Toro:
Excelente mensaje hermano. Esos falsos cubanos no merecen ni respeto ni admiración ni tampoco llamarse cubanos
Garcia Hernandez Maria de los Angeles:
Bien dicho chino, vergüenza ajena tengo
Victor Antonio Nazco Ibarra:
Sabia enseñanza de sus padres, la que debíamos aplicar todos, en el mundo y seríamos mucho más felices
Alexander Miguel Martínez Pérez:
Qué pena empañar un espectáculo como ese con temas q nada tienen que ver con el deporte, los venezolanos fueron todos a apoyar su equipo y nada que ver con miserias de ese tipo.
Carlos Gonzalez Ruiz:
Nada, que los mediocres y lamebotas actúan así, muchas veces por migajas y casi siempre por desprecio a sus semejantes.
Entre las respuestas, está la de alguien que nació en Cuba, pero hoy vive en el país de sus antepasados:
CarmenMaria Camiñas Lemes:
Cuan comedidos amanecieron hoy… y eso que vuestro presidente no dejó títere con cabeza al inicio del concierto este fin de semana.
Les va a durar toda esa serenidad???
O van a seguir con la cantaleta aquella de «no les queremos; no les necesitamos!»
Yipsy Díaz Castillo:
Terrible el espectáculo, y se lo permitieron.
Yo sé del odio, pero no pensé q llegará a ese nivel tan incompatible con los q son seres humanos y nacidos en su mismo país.
Nacieron aquí por equivocación
Rafael Leliebre:
Yo me he estado riendo toda la mañana, porque veo la publicación de algunos que dicen ser Cubanos y para ellos no existió el juego lo más importante fueron unas personas diciendo consigna haciendo lo mismo que hacían en Cuba en las marchas. Es que lo que bien se aprende no se olvida, llegan a USA, donde según ellos ahora son libres y hacen lo mismo. Creo que son inadaptados jajaja
Efectivamente, Rafael Laliebre, para ellos no existió el juego fraternal entre un Team Cuba y un Equipo Estados Unidos, ellos hicieron su juego sucio.
En cuanto al calificativo que les das de “inadaptados” hablaremos en otra ocasión, al igual que del concepto de libertad, de ser libres como dices.
En resumen: Desde mi posición de descendiente de emigrantes chinos aprecio que las mayorías festejan que el equipo de béisbol de Cuba quedó entre los cuatro mejores del V Clásico Mundial con una destacada actuación, aunque “enfrentó la semifinal en las condiciones más difíciles de hostilidad que podían imaginarse.”
No condeno ni critico a nadie por emigrar, pues si lo hago sería como negarme a mí mismo, pero admiro a los que juegan limpiamente sea cual sea el lugar de nacimiento.
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