A pesar del paso del tiempo, y de la distancia geográfica de su terruño natal, Eduardo Sosa Laurencio es todavía, de algún modo muy singular, aquel niño del lomerío del Segundo Frente, en Santiago de Cuba.
Sin dejar de ser él — el de la mañanita de montaña, con la abuela que cantaba para endulzar el café, el del olor de la guayaba, el susto de guardarraya, las lucecitas y el arroyito— ha logrado andar con éxito el camino “largo y viejo” al que no le tuvo miedo.
A sus 51 años decidió aceptar la propuesta que antes había declinado por considerar le faltaba madurez para tan alta responsabilidad: candidato a diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Sosa, un hombre más de verso que de prosa, asume el reto a conciencia pero sin vanaglorias:
“No voy a dejar de mirar de frente a mis amigos, ni a mi familia”, comentó recientemente en Santiago de Cuba a donde llegó para liderar, ya por más de una década, de las seis que tiene el evento, el Festival de la Trova Pepe Sánchez.
Propuesto por el municipio Diez de Octubre, en la capital, reconoce como un privilegio compartir candidatura al Parlamento por esa demarcación con el General de Brigada José Amado Ricardo Guerra, Secretario del Consejo de Ministros, así como con Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores.
En el tú a tú con el pueblo durante los recorridos dice haberse enriquecido al dialogar de temas que interesan y preocupan a todos los cubanos.
“Asumir una responsabilidad como esta, en un momento como este, es apelar a que cada cual haga bien lo que le toca.
“Por ejemplo, no siempre una ciudad sucia es culpa absoluta de Comunales, a veces hay pequeñas irresponsabilidades que agravan el mal, como aquellos que, estando vacío el tanque colector de basura, optan por echarla en el suelo.
“Eso tal vez sea lo más visible pero sucede con tantísimas cosas más”.
De salir electo confiesa que seguirá siendo esa persona transparente, que defiende la que siente corazón adentro: “apoyaré lo que crea que deba apoyar y me negaré a lo que considere deba hacerlo, haré y diré lo que crea necesario, siempre de frente”.