A pesar de llevar 38 años viviendo en la ciudad de Cienfuegos, nunca me he puesto a pensar ni he investigado el porqué entre sus más bellas esculturas están las de dos leones tallados en mármol en el céntrico parque José Martí, justo frente a la iglesia de la Catedral de la Purísima Concepción, y otros dos, de hierro, en un portalón alto de una vivienda de estilo neoclásico, en el Paseo del Prado (calle 37), entre las avenidas 58 y 60.
Una rápida búsqueda en Interne me permitió conocer que en uno de los extremos de la plaza está ubicado el único Arco de los Obreros levantado en Cuba y en el otro se yerguen las dos réplicas del Rey de la Selva, montadas allí en los tiempos de la colonia, y admirados por citadinos y visitantes.
Los del Prado fueron colocados en el Siglo XIX, cuando el inmueble fue propiedad de un cienfueguero nombrado José Antonio Capote. Se le denominó primero Casa de los Gobernadores, al servir como sede a los que dirigían la Villa en la centuria decimonónica, pero es más conocida todavía como la de los Leones.
Diez años después de su última restauración, los del parque, simbólicos en el centro histórico de la ciudad, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la Unesco, recibieron una vez más por estos días un proceso similar, ejecutado por reconocidos especialistas, dada la magnificencia de las obras.
Expertos italianos, junto a estudiantes y profesores de la Escuela de Oficios Joseph Tantete Dubruiller, dirigida por la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCCC), realizaron las labores con mucho esmero y dedicación, con el propósito esencial de restituir la belleza de ambas esculturas.
La reconstrucción involucró también a participantes en el Taller de Restauración de la Piedra, que desde inicios de este mes de marzo y hasta hoy día 14 imparten especialistas del Instituto Italo ─ Latinoamericano (Illa), con un programa que considera jornadas teóricas y prácticas.
Cecilia Santinelli, experta y coordinadora del Illa, explicó a medios locales de comunicación que trabajaron sobre todo en la limpieza. “Eso significó sacar todo cuanto encontramos arriba de los leones, para lo que realizamos pruebas con varios productos químicos, en función de aplicar el más adecuado, según el tipo y grado de deterioro.
“Además, efectuamos la reintegración de una parte faltante en la base de mármol de uno de los felinos, como consecuencia de un accidente ocurrido hace algún tiempo”, añadió.
El Instituto italiano, con el apoyo del gobierno de ese país, donó equipos e insumos difíciles de adquirir por Cuba, como una hidropulidora (empleada en el fregado), el microincisor (se utiliza específicamente para quitar las manchas sobre superficies duras), el comprensor de aire y un conjunto de sustancias que suelen usarse en Europa para la restauración de las cualidades de la piedra y el mármol.
“Restaurarlos al aire libre, en un espacio público, con la presencia de personas que se detenían a observar, y preguntaban, resultó muy gratificante para quienes participamos en la ejecución del proyecto”, precisó.
La alianza de la OCCC con esa institución tuvo sus inicios en 2015, cuando expertos de la organización internacional ofrecieron en la Perla del Sur un taller de reconstrucción del papel, y más tarde otro dedicado a la restitución de la madera. El laboratorio sobre la restauración de la piedra deviene ya el tercero y en esta oportunidad comprende en su matrícula a los restauradores del Grupo de Cementerios, así como a profesionales del Centro Provincial de Patrimonio Cultural.
El Taller ha posibilitado la profundización de los conocimientos y los contenidos de los programas de estudios, fundamentalmente para los alumnos y maestros de la especialidad de albañilería, fundamentalmente, señaló María Elena Almeida San Juan, directora de la Escuela de Oficios Joseph Tantete Dubruiller.
Hoy los leones del parque cienfueguero no son más fieros, como nunca lo han sido, pero sí más bellos para que los admiradores de las muchas bellezas de esa ciudad encanten aún más la visión y el espíritu.