Horas después las redes sociales estaban colmadas de comentarios al respecto, pero la muchacha capaz, segura y profesional, contaba desde ese entonces con el cariño del pueblo, y ante algunos criterios mal intencionados se alzaron las voces de otros muchos con buena fe y gratitud.
Hoy Aylín está sorprendida por otra “tormenta”, la de la acogida franca y cariñosa que a cada paso le profesan en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón, territorio donde está propuesta como candidata a diputada del Parlamento cubano, en su X Legislatura.
Graduada en el 2010 con Título de Oro en el Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (en la actualidad facultad de la Universidad de La Habana), Aylín dirige hoy el Centro de Física de la Atmósfera en el Instituto de Meteorología. Un cambio rotundo en su carrera profesional, pues ya acumulaba 10 años como especialista principal en el Centro de Pronósticos, donde llegó recién graduada como reserva científica.
“Allí me cautivó la vida operativa —comentó—, me di cuenta de que para hacer pronósticos se necesita agilidad, habilidad, dinamismo; tener decisiones propias, porque un fenómeno meteorológico incide en cualquier momento y hay que tener la capacidad de responder ante ello. Y eso me agradaba porque soy una persona muy activa, me gusta buscar soluciones, alternativas”.
No obstante, como su filosofía de vida es “echar para adelante todo el tiempo” y servir a la patria donde se necesite, la joven científica aceptó el reto y ahora dirige a un colectivo de más de 20 trabajadores, que incluye a las Doctoras en Ciencias Ida Mitrani Arenal y Lourdes Álvarez Escudero, investigadoras titulares de la institución, que le han aportado mucho a la meteorología cubana y que, además, fueron profesoras suyas.
Aylín es docente en la propia institución que la formó; Máster en Ciencias Meteorológicas y ahora doctorante; miembro del Comité Provincial del Partido en La Habana; madre de Diego Alejandro, de seis años de edad, e hija de la enfermera Mercedes, trabajadora del Instituto de Oftalmología Ramón Pando Ferrer.
La niña que no sentía motivación por las lluvias ni los ciclones tropicales, confesó que al cabo de los años encontró en la meteorología el camino para hacer ciencia. En realidad lo que más le interesaba. Y así venció los desafíos de los cálculos, de la Física y de la Química, asignaturas muy difíciles en la carrera, pero que le aportaron un basamento para su posterior desarrollo profesional.
Entre sus paradigmas, por supuesto que está el doctor Rubiera, quien la animó y ayudó para que también presentara el parte meteorológico en la televisión, lo cual implica tener determinadas aptitudes para la comunicación, además del sacrificio de madrugar cuando tiene que hacerlo en la Revista Buenos Días, por ejemplo.
Con ese propio cariño y gratitud, Aylín mencionó además a la doctora Gisell Aguilar Oro (ya fallecida), “muy carismática, comunicativa, que el pueblo recuerda”, y a la tutora de sus tesis de licenciatura y maestría, y ahora en el doctorado, la también doctora Cecilia González Pedroso.
Dentro de muy poco la vida le dará un cambio si llega a integrar la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura. Entonces afirmó que se imagina una Aylín sencilla, trabajadora como siempre, dispuesta a hacer cada día lo que Cuba reclame para seguir avanzando con luz propia.