Líder natural y unitario, guía de pensamiento y acción frente a los explotadores, tenaz defensor de los derechos de la clase obrera, fiel a la Revolución y a Fidel: así era Lázaro Peña González, a quien el movimiento sindical cubano rindió homenaje este sábado al cumplirse 49 años de su partida física.
Como cada año, ante su tumba en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en el cementerio de Colón, en La Habana, se dieron cita integrantes de la máxima dirección de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) encabezados por Isdalis Rodríguez Rodríguez, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y segunda secretaria de la CTC y acompañados por Aila y Lázaro, hijos del inolvidable Maestro de cuadros sindicales.
Tras la colocación de una ofrenda floral en nombre de los trabajadores cubanos y con la bandera de la CTC al frente, una representación afiliados a diversos sindicatos en la capital junto a sus dirigentes depositaron flores como parte del merecido tributo.
Lázaro –como le llamaba el pueblo- predicaba con el ejemplo de su honradez, humanismo, capacidad y autoridad al frente a la Central de Trabajadores de Cuba la cual fundó el 28 de enero de 1939 y electo entonces como secretario general.
De origen humilde, conoció desde muy temprano las penurias de un hogar pobre; para paliar la magra economía familiar fue prendiz de herrero, carpintero, albañil, sin lograr un empleo estable y finalmente aprendió el oficio de torcedor en una tabaquería
Junto a otros combatientes de la clase obrera realizó una infatigable batalla contra la oligarquía, los elementos divisionistas en las filas sindicales y los gobiernos al servicio del imperialismo yanqui.
Con el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, comienza la reconstrucción del movimiento sindical, a la cual Lázaro se incorporó desde sus responsabilidades en el Partido Comunista. Fue fundador de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) y de la Federación Sindical Mundial (FSM), en las que asumió la vicepresidencia y otras importantes responsabilidades.
A pesar de estar enfermo, se consagró a la preparación del histórico Xlll Congreso de la CTC. Con su talento y bagaje político e ideológico, fue el mentor de aquel trascendental cónclave a través de su participación directa en la elaboración de las Tesis del foro.
En las honras fúnebres del insigne luchador proletario, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó: «No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla».
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.