Alojado en el corazón de turistas foráneos y cubanos como el mejor de los regalos, el hotel Meliá Las Antillas cumplirá 24 años el primero de marzo. “Yo lo vi nacer desde las piedras”, confiesa orgulloso Juan Carlos Mesa Alfonso, uno de los 44 fundadores en activo en la instalación del balneario de Varadero.
Con la bandeja en la mano y un paño en la otra, el dependiente de El Conuco detiene el paso, sonríe y confiesa: “Yo amo este lugar con sus virtudes y defectos, como se quieren las cosas verdaderas… Llevo más de cuatro décadas en el turismo, desde mis inicios en 1981. Aquí ha transcurrido más de la mitad de mi vida laboral. Es mi casa, no solo por estar más tiempo que en la mía propia, sino también por la familia forjada entre compañeros y los propios visitantes”.
Juan Carlos pasa de los 60, un cálculo fácil de hacer por la in formación ofrecida. Esa no es, sin embargo, la edad que aparenta. El matancero nacido en el barrio Simpson se mueve con la cadencia de los danzones de Miguel Faílde, con la soltura de la rumba.
“La agilidad es fundamental para un gastronómico. Es un trabajo exigente por el gasto físico en tantas horas y ser muy repetitivo. En mi caso he convertido la sonrisa en un instrumento, me ayuda mucho. Lo otro es el disfrute que encuentro en lo que hago, quizás por el respeto que me inspira servir a los demás”.
Eso quizás explique por qué mientras vence los más de 10 kilómetros entre Cárdenas y el bello balneario, en cada jornada tenga la misma idea: “Poner todas sus herramientas para satisfacer al cliente, que para eso nos escogió. El que viene sabe incluso de nuestras limitaciones de recursos y solo desea ser bien atendido”.
En una de las mesas cerca de la piscina, dos turistas canadienses hacen su pedido, alrededor de ellos hay francoparlantes y un poco más allá percibo un acento en italiano. Juan Carlos anota con la tranquilidad de quien domina seis lenguas.
“Si en un principio era suficiente conocer un idioma, ya no. Es bueno expresarse y que no existan barreras comunicativas. Siento alivio cuando hablo de mi país en la lengua de otros para aclararles, cuando preguntan, la imagen tergiversada con la que llegan”.
Si a su aptitud como dependiente se une la de políglota, Juan Carlos goza de una ventaja competitiva. Por eso es usual su presencia en eventos donde requieren personal de su talla como en el Campeonato Mundial de Coctelería, o para ofrecer sus conocimientos cuando se le consulta, dice Estrella Sánchez, secretaria general del buró sindical.
“A él se le puede preguntar de cualquier tema del mundo turístico, en el que es una cátedra, o de lo que a una se le ocurra. Su cultura es muy amplia”, visión apoyada por Yoel Luis Hernández, subdirector general de Meliá Las Antillas: “Es un ejemplo de superación. Ha alcanzado un alto nivel profesional”.
“El turismo es mi vida y a ello me consagro, en ese deseo de intentar ejercer este oficio con el rigor que exige ser dependiente en Varadero, un destino donde estamos precisados a hacer las cosas bientodos los días, aplicar lo aprendido en la escuela y, sobre todo, a combinar las técnicas con el amor al trabajo”, asegura Juan Carlos.
Ese es su consejo, particularmente dirigido a la generación de jóvenes ahora en el sector, y también a otros en formación como su nieta, la más chica de una familia ligada a la industria del ocio, en la que permanece su hija, como antes lo hizo su esposa, ya jubilada.
Amigo de los libros, su mejor alojamiento, Juan Carlos es un convencido de que “cuando trabajamos con clientes tenemos que dar la milla extra, porque no hay segunda oportunidad para una primera impresión”, afirma antes de irse veloz a recoger otro pedido.
Esa manera de entender el hecho turístico marca el quehacer de Juan Carlos. Si algo lo resume es su condición de Líder de la Calidad Nacional, seleccionado en la primera edición de la convocatoria.
“Con empleados como él se prestigia Meliá Las Antillas, hotel Vanguardia Nacional que con su óptimo desempeño ayudó a que Matanzas ganara la sede nacional por el 4 de marzo, Día del Trabajador de la Hotelería y el Turismo”, reconoce Maylén Alemañy, secretaria general de este sindicato en la provincia.
Es un regalo para todos los trabajadores, administrativos y representantes de nuestra organización por haber vencido con los mejores resultados posibles un año tan duro como el 2022, que también enseñó reservas para lograr el 2023 necesitado por el país”.