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1930 fue un año importante para el deporte cubano. La segunda edición de los Juegos Centroamericanos (las tres primeras versiones se llamaron así) en La Habana fueron la ocasión precisa para que la cita diera otro paso de superación con el concurso de 8 países, 10 deportes y más de 600 atletas.
Si en la justa inicial México plantó bandera en la cima en esta ocasión la mayor de las Antillas aprovechó su condición de sede y terminó primera.
El programa de competencias lo integraron el atletismo, baloncesto, béisbol, fútbol, natación, clavados, esgrima, tiro, voleibol y tenis.
Como exhibición se compitió en polo a caballo y pelota vasca, en los cuales solo intervinieron cubanos y mexicanos.
Los dueños de casa se hicieron fuertes en béisbol, atletismo, tenis, natación, tiro, esgrima y fútbol, para una cosecha de 30 preseas: 12 de oro, 8 de plata y 10 de bronce.
A nivel individual sobresalieron en los juegos el cubano Darío Álvarez con el título en 800 y 1500 metros planos, su compatriota el nadador Leonel Smith Polo, ganador en 400 y 1500 metros libre, además del premio mayor en el relevo 4 x 100 estilo libre junto a Gonzalo Silverio, Cosme Carol y Pablo La Rosa, quien se impuso en los 100 metros de los estilos libre y espalda.
Entre los visitantes descolló el panameño Reginald Bedford, ganador de los 200 y 400 metros, además de un bronce en el relevo 4 x 100 metros.
Por cierto la cita en La Habana representó el debut de las mujeres en estas lides (tenis de campo).
