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Maritza, conquistada por la galera

Con apenas 17 años, Maritza Rodríguez Valdivia se adentró en el mundo del tabaco. De la mano de su papá, entonces trabajador de la tabaquería donde ha echado raíces la cabaiguanense, visitaba la fábrica y fue seducida por el rigor y la disciplina del oficio.

“En los puros que se fuman en cualquier lugar del mundo está la huella de la mujer cubana”, asegura Maritza Rodríguez Valdivia, quien por más de cuatro décadas ha estado vinculada a la rama tabacalera. Foto: Betty de la Torre

“Motivada por mi padre, matriculé a un curso de tabaqueros y me formé como torcedora. Fui hechizada por la galera, el área de torcido donde se confecciona el tabaco. Aprendí bien el oficio. Le sé todo a esta labor porque el torcedor debe conocer el proceso completo, desde la selección de la materia prima”.

“En la actualidad el tabaco proviene del mismo Cabaiguán. De una tierra muy buena que le aporta buen sabor y posibilita la confección de vitolas de alta regalía y ediciones limitadas”, confiesa la jefa de Torcido de la Empresa Filial Alfredo López Brito ubicada en ese municipio de la provincia de Sancti Spíritus.

“Entro a las seis de la mañana y pasadas la cinco de la tarde aún estoy en el trabajo porque me gusta mucho lo que hago”. Tal premisa justifica que, llegada la jubilación hace dos años, no fue el momento de descansar. “No salí ni de vacaciones, me reincorporé en mi puesto y estaré hasta que tenga fuerzas”, acotó quien por más tres décadas funge como secretaria de la sección sindical de ese colectivo.

“Las mujeres hemos conquistado el sector tabacalero” y de ello se enorgullece Maritza. “En los puros que se fuman en cualquier lugar del mundo está la huella de la mujer cubana. Estamos presentes desde el campo hasta la industria. En esta fábrica, las féminas representamos el 75 por ciento de la fuerza laboral y en el 90 por ciento de los cargos del Consejo de Dirección de la entidad está ocupados por mujeres.

“En la actualidad somos mayoría en la rama tabacalera y destacamos por la habilidad, la destreza y la abnegación al trabajo. Aportamos muchas ideas y somos muy creativas”, asegura Maritza desde la sabiduría y maestría de más de cuatro décadas en el oficio.

 

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