Nunca una llamada telefónica le había “aflojado las piernas” a Daniana Fuentes Rivera salvo aquella en la que supo de su candidatura al Parlamento de la nación.
“¡Qué me iba a imaginar! Es verdad que una ha estado siempre comprometida con lo que hace, presente en cuanta cosa se necesite, sin mirar hora, sin titubear ante lo difícil de una tarea, o lo complejo de un momento, pero hay muchísima gente buena en mi Consejo Popular de Siboney, en mi municipio santiaguero, en la provincia, en el país… por eso, estar propuesta a la Asamblea Nacional me deja sin palabras, me reta”.
Mientras termina de acostumbrarse a la posibilidad de ser una parlamentaria, Daniana sigue enrolada en su desempeño como representante de la agricultura urbana en el poblado costero de Siboney. Nació muy cerca de la emblemática playa del mismo nombre, hace ya 43 años, y allí ha echado raíces personales y laborales.
Sin salir de ese entorno que la enamora, entre el mar y la tierra, se formó como técnica de nivel medio en agronomía, laboró como especialista de la Empresa Forestal Gran Piedra Baconao, fue profesora del politécnico de la localidad, alcanzó el título de Ingeniera Agrónoma en la Universidad de Oriente, fungió como coordinadora de la zona 200 de los Comités de Defensa de la Revolución y actualmente delegada del Poder Popular en la circunscripción 257 del Consejo Popular Siboney.
Su entorno lo conoce de punta a cabo, no sólo por ser “nacida y criada” allí sino porque día por día va de aquí para allá, desafiando kilómetros a pie, bajo el implacable Sol santiaguero.
“Pero me gusta lo que hago, y más me gusta ver cómo poco a poco, conversando con las personas, asesorándolas, crece la soberanía alimentaria de la comunidad, los patios están sembrados, las áreas están en producción.
“Desde 2019 estoy en esta tarea y cuando comencé sólo había 807 patios vinculados al movimiento de la agricultura urbana, hoy son 2 mil 781, con 17 parcelas, de esos, tres con la categoría de Referencia Nacional.
“Claro que hay mucho más por hacer, las personas se van percatando de los beneficios de cultivar cada pedacito y ahora se acercan a mí para una mejor orientación”.
El laboreo de la tierra van en lo hondo de Daniana más allá de títulos académicos, a eso le sabe un mundo porque lo aprendió también de su abuelo y su padre, este último activo aún en la finca La Anita, en la cordillera de la Gran Piedra.
De la familia aprendió igualmente a ser buena persona, honrada, recta, de palabra empeñada y palabra cumplida, de ser fiel y consecuente con aquello en lo que cree.
“Y yo creo en esta Revolución, y no quiero que acabe, por eso me asumo como continuidad de aquellos que la ganaron desde las lomas”.
Decir y hacer van igualmente con ella, por eso no titubeó en aquellas horas amargas del azote de la Covid-19.
“La mayoría de las personas con responsabilidades sociales en el Consejo Popular de Siboney enfermaron, junto con ellos otras personas más, varias zonas entraron en cuarentena, la movilidad era casi cero y en medio de todo había que atender a esos que necesitaban ayuda.
“Me sacudí el miedo y me fui a la caliente, a repartir alimentos, módulos, a transmitir ánimo, un poco de aliento justo cuando desespero e incertidumbre era la norma.
“¿Pero sabe usted de dónde saqué las fuerzas? De Jesús Salgueira Liranza, mi esposo, mi amigo, mi motor, mi mano derecha e izquierda, con él me doy golpes en el pecho de tener un compañero de batallas y victorias, como ayer con la Covid hoy está conmigo en la circunscripción y yo sé que estará por siempre”.
A decir de Daniana con su compañero y con sus hijos, Jesús y Yuliana, también se renueva ante el reto que tiene por delante como candidata a diputada,
“Igual me inspiran a cumplir bien con la responsabilidad que me puede tocar la gente de mi núcleo del Partido, los de mi asociación de base de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, mis vecinos, mis colegas de trabajo, aquellos que en mi comunidad me felicitan con afecto, las personas que he conocido durante los recorridos, y cada uno de los que darán su voto confiados en que mejor sí es posible”.