Podría parecer una frase demasiado romántica o sentimental, tal vez, pero es la requerida. Fue acentuada por Inés María Chapman Waugh, viceprimera ministra de la República: en el abasto de agua a la población, “hay que trabajar con amor”.
Es que resulta muy difícil lograr buenos resultados, en labores imprescindibles, pero signadas por la escasez de financiamiento, equipos y materiales básicos, si no prima ese sentimiento que, al decir del destacado cantautor Silvio Rodríguez, “convierte en milagro el barro”.
La Viceprimera Ministra, junto con Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), y otros directivos de ese sector, hizo una evaluación de la gestión del suministro y el saneamiento, relacionada de manera directa con los pobladores en cualquier sitio del país.
Aunque se ha avanzado, aún los resultados están alejados de los requeridos para garantizar, de la mejor manera posible, servicios de gran impacto social, con calidad, los cuales a través del tiempo han motivado inconformidades y planteamientos reiterados de la población.
En un material audiovisual facilitado por la Dirección de Comunicación del INRH, Inés María Chapman planteó que un suministro de agua cada 15, 20 o 30 días no puede valorarse como ciclo, y exhortó a utilizar bien el presupuesto asignado para trabajar.
El presidente del Instituto señaló que debe buscarse y emplearse el apoyo de otros organismos para favorecer la gestión hidráulica.
De acurdo con un documento al cual Trabajadores tuvo acceso, como evidencias notables del déficit de recursos se encuentran el aumento de los equipos de bombeo rotos (243) y los salideros pendientes (5 mil 301), así como la baja disponibilidad técnica de los medios técnicos de la construcción y especializados, ante la inexistencia de partes, piezas, agregados y accesorios para las conexiones, lo cual afecta el servicio y la capacidad constructiva.
Se recibieron en el año pasado 12 mil 298 toneladas de materias primas, a un precio superior a lo planificado, y le dieron como destino esencial la producción de tubos. No obstante a las limitaciones de recursos, se priorizó la adquisición de partes y piezas para la reparación de equipos de bombeo (646). Esa decisión permitió estabilizar, en alguna medida, el abasto de agua a la población y disminuir la transportación en pipas y las afectaciones al servicio.
Por otra parte, se recibió un donativo chino de 449 equipos de la construcción y especializados.
A pesar de lo avanzado, no fue posible conectar a 16 mil 377 habitantes previstos en la ciudad matancera de Cárdenas, las comunidades rurales y costeras en Las Tunas y la ciudad de Guisa, en la provincia de Granma, fundame Quedaron terminadas en 2022 las conductoras Los Mangos, en Sancti Spíritus; las de las comunidades de Villa Nueva y Bazales─Molinet, en Las Tunas; Viana, en Villa Clara, y Jaibo─Bano, en Guantánamo.
En 2023, según lo planificado, se prevé la certificación de 253 obras, e impulsar el alcantarillado San Justo, en Guantánamo; la ejecución de inversiones en viviendas en la localidad de Morón, en Ciego de Ávila; el alcantarillado en Las Tunas; y los de la Calle 220, desde la Avenida 55 hasta la 81, la Prosperidad, la Cruz de Piedra y Peñas Altas, en La Habana, y otras en Holguín, Santiago de Cuba (Gran Piedra y Cayo Granma) y Camagüey.
En realización se encuentra también la de Manuel Tames, en Guantánamo, así como 66 pozos para fuentes de abasto de agua, en las provincias de Matanzas (3), Artemisa (4), Villa Clara (40), Sancti Spíritus (12), Camagüey (5) y Santiago de Cuba (2); obras destinadas al turismo, vinculadas al programa reparación y construcción de fosas y al mantenimiento a la infraestructura.
Tiene prioridad máxima la ejecución de los proyectos de los trasvases en la región norte del oriente cubano.
Un objetivo básico para la labor de las entidades del INRH en el presente año es darle valor de uso a las obras con mayor impacto en la población y la economía, con énfasis en la solución a los planteamientos, disminución de los efectos de la sequía, eliminación de transportación de agua en pipas, supresión de salideros y atención a barrios vulnerables, así como el aseguramiento de las principales actividades productivas y de servicios del país, como el programa alimentario y las que posibilitan la adquisición de ingresos en divisas.
