Anda todo el tiempo con esa mezcla de olor a hierro que siempre le acompaña al respirar; no puede desprenderse de él. Fueron 20 años pegados a los equipos con los que comenzó su vida laboral cuando terminó de formarse como obrero calificado. “Esa planta era mi vida”, dice y baja la mirada.
Se trata de José Manuel Hernández, un mecánico industrial cienfueguero, quien se había adaptado a estar con el overol manchado de grasa y las herramientas en las manos. “No había problema en la fábrica que no me llamaran y yo resolviera. Duele…, duele…, la memoria no se borra de golpe y porrazo”, asegura y se mira las manos agrietadas por el trabajo, pero ahora limpias. “El dinero que ganaba no me alcanzaba para nada. Entonces un amigo me dijo que estaba formando una pequeña empresa privada, de esas que llaman mipymes, para producir alimentos y me fui con él. Ahora mi salario es más del doble del que ganaba en la planta. Pero no puedo quitarme de la nariz ese olor a hierro; va conmigo a todas partes”.
La primera vez que escuché hablar del éxodo de los trabajadores hacia otros sectores fue en el último Pleno del Comité Provincial de la CTC en Cienfuegos. Carlos Rafael Quintero Cabrera, secretario general del buró sindical de la empresa termoeléctrica (ETE) Carlos Manuel de Céspedes, señaló que en la planta tenían más de 40 puestos de trabajo vacantes, porque quienes los ocupaban se habían ido. “Sin embargo, no se ha dejado de generar electricidad, y el esfuerzo ha tenido que ser enorme”, subrayó en aquel momento. “Los trabajadores tienen que sentirse estimulados material y moralmente”, precisó.
El asunto volvió a tratarse también en el más reciente Pleno del Consejo Nacional de la CTC, ocasión en la que Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y secretario general de la CTC, llamó la atención sobre el éxodo de miles de operarios en los últimos cuatro años en ese sector, “algo que no puede ser ajeno al trabajo sindical, por lo que significa para las tareas que se propone el Gobierno, y debe ser motivo de atención priorizada”, puntualizó.
Carlos Rafael Quintero explicó que en la ETE cienfueguera organizaron cursos para formar operarios, pero demoran unos cinco años en prepararse con los conocimientos y el dominio que se requiere. “La preocupación es cómo vamos a retener a esa fuerza laboral porque se van para las mipymes”, aseveró.
A mediados del pasado año, en una sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Trabajadores dialogó con George Batista Pérez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Energía y Minas (SNTEM).
En aquel momento afirmó: “Un problema muy serio que nos afecta en el sector eléctrico es la fluctuación laboral vinculada a las dificultades con la alimentación, la transportación y el salario. Con el Decreto 53 se propició un incremento salarial desde la eficiencia, pero no cubre las expectativas a partir de la distribución de utilidades”.
Consultado ahora para este nuevo acercamiento periodístico al tema, comentó que cuando se inició la implementación de la Tarea Ordenamiento muchos de los beneficios que se habían garantizado a los trabajadores de ese sector fueron derogados.
Entre ellos se destacaron: la disminución significativa en la aplicación del pago a destajo por la no disponibilidad de medios y recursos materiales debido a la falta de financiamiento; muy limitada la posibilidad de fuentes que permitieran la distribución de utilidades, falta de financiamiento para frenar el deterioro de estas e introducir mejoras tecnológicas, por lo que se han empeorado las condiciones laborales, y al eliminarse la asignación para la compra de alimentos, por el presupuesto con que antes se contaba, los trabajadores categorizados por realizar esfuerzos máximos y que disponían de una oferta diferenciada, están totalmente desprotegidos si se tienen en cuenta los altos precios aprobados.
Recordó Batista Pérez que el 1.o de febrero del 2022, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, orientó, entre otros aspectos, hacer más efectiva la atención a quienes laboran en esa rama de la economía.
La situación es preocupante: en el 2021 el éxodo de trabajadores alcanzó la cifra de 6 mil 612 y al cierre de septiembre del 2022 era de8 mil 89.
Para enfrentar este problema, el SNTEM concibió 12 acciones relacionadas con la estimulación moral y la atención a los trabajadores vinculados al proceso de generación, transmisión, distribución y comercialización de la electricidad.
Entre estas se encuentran el establecimiento de un sistema de atención y seguimiento con las direcciones administrativas para el mejoramiento gradual y sistemático de las condiciones laborales y de vida de los trabajadores; la realización de chequeos de emulación con la frecuencia requerida, la revisión y evaluación de los Convenios Colectivos de Trabajo y el pago por alto desempeño.
Dada la reciente aplicación de las medidas habría que esperar un tiempo para constatar su impacto.
No obstante en un nuevo intercambio con el secretario general del buró sindical de la ETE Carlos Manuel de Céspedes conocimos que actualmente se aplica un nuevo sistema de pago, el cual permite incrementar el salario básico mensual, de acuerdo con los resultados de la labor y otros parámetros.
En un análisis sindical realizado sobre ese tema salió a relucir que aún existen diversas vías para favorecer el salario que no son utilizadas por las entidades, lo que desestimula a los integrantes de los colectivos laborales, y se impone además hacer estudios de organización del trabajo.
En distintos sectores también se presenta una situación parecida por lo cual el tema merece continuidad.