“Usted puede estar seguro que si hay problemas, ahí está la Anir”, dice categórico Eugenio Rosales Reyes, y su expresión no es frase hueca, sus palabras llevan el argumento irrebatible de 42 años de trabajo en los dominios de las comunicaciones en Las Tunas y “desde que llegué aquí estoy aportando en la recuperación, la innovación y en lo que haga falta”.
Cuenta que a esas actividades se ha dedicado con pasión y entre tantas vivencias recuerda momentos muy difíciles, “con la desintegración de la Unión Soviética y del campo socialista, y la desaparición del CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica) las comunicaciones comenzaron a deteriorarse y casi colapsan y entonces fueron grandes los desafíos para sostener los servicios”.
De esa retadora época rememora su participación en lo que considera uno de los trabajos más importantes, “la recuperación de los módulos PSM+30, cuyo deterioro y la imposibilidad de adquirir nuevos o piezas de repuesto para repararlos ponían en peligro el enlace de la ciudad de Las Tunas con sus ocho municipios. Fueron jornadas muy tensas, pero evitamos las malas consecuencias.”
El incendio en la central principal de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. en la ciudad de Las Tunas, que dejó completamente incomunicada a esta provincia mediante la red de telefonía fija, móvil y la conexión a Internet fue otra retadora exigencia para Eugenio Rosales Reyes como trabajador, innovador y jefe de la brigada de cables, adscrita al Área de Intervención Técnica, en cuyo departamento asume, además, el cargo de secretario general del núcleo del Partido.
Al grupo que dirige le asignaron la tarea de reponer todos los alimentadores que se quemaron y “a los 12 ó 13 días ya estaban prácticamente de nuevo instalados. Fue una labor ardua, pero cada integrante de la brigada sabía de antemano lo que tenía que hacer. Nos movilizamos, mandamos a buscar los recursos necesarios y con el apoyo de todos los linieros y del país nos recuperamos rápido”.
Su larga trayectoria laboral está signada también “por las innovaciones para la presurización de los cables alimentadores de centros telefónicos de la provincia, acción que los protege, incluso a los soterrados, porque como la presión del aire es mayor que la del agua, evita los daños de la humedad y de esta manera las interrupciones”.
“Siempre hemos estado imbuidos, relata, en ese espíritu de recuperar todo lo que pueda ser recuperado, hasta lo que parece imposible, y darle de nuevo vida útil”, y en ese objetivo destaca las realizaciones de logística inversa que los conduce del banco de problemas, objetivamente diseñado, hasta los almacenes.
“En los almacenes están, explica, medios y equipos envejecidos, con desperfectos. Nosotros los sacamos, les damos servicios y quedan listos para volver a la batalla para sostener nuestras prestaciones.”
Eugenio Rosales Reyes le atribuye los éxitos alcanzados y los que vienen “a la organización del trabajo que nos ha permitido estar alertas para evitar afectaciones, dar los mantenimientos oportunos que evitan problemas y nos permiten ir delante, tomando las medidas”.
Y Eugenio habla con satisfacción del apoyo del Sindicato, la Anir y la administración en los trámites de los trabajos que racionalizan, innovan y sustituyen importaciones; y, confirma que los sellos 50 Aniversario del SNTCIE y el 8 de Octubre que la Anir puso en su pecho en las actividades centrales por el Día de los Trabajadores del sector, celebrado en Las Tunas, son un estímulo y un compromiso para seguir brindando sus aportes.
