Faltan poco más de tres meses para que se dé el disparo de arrancada de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador. La cita multideportiva la más antigua a nivel regional volverá a ser termómetro para Cuba, que históricamente le ha dado buenas dosis de calidad.
La mayor de las Antillas fue junto a México (sede), y Guatemala fueron los países que en 1926 fundaron la competencia. Precisamente en suelo azteca, donde se compitió en atletismo, baloncesto, béisbol, clavados, esgrima, natación, tiro, voleibol y tenis, los criollos finalizaron segundos gracias a un botín de 44 preseas, repartidas en 14 doradas, además de 15 de plata e igual número de bronce.
Fiel a su jerarquía Cuba se agenció la corona en el béisbol tras superar al equipo anfitrión. Mientras que el deporte rey hizo también lo suyo con cinco medallas de oro, once de plata y siete terceros lugares.
Descolló en el salto con pértiga, José Sanjurjo al superar la varilla sobre 3,43 metros, mientras que Sergio Macías se impuso en el triple salto con 13,29 metros.
Por cierto en la lid dejó su huella Armando “Pepe” Barrientos, dueño del metal plateado en los 200 metros.
A nivel individual los máximos honores recayeron en el clavadista mexicano, Federico Mariscal dueño de tres medallas de oro.
La cita de 1926 inició un camino de triunfos y superación para Cuba, que demostró que contaba con talento para grandes gestas.