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Fidel en la memoria del sindicalismo mundial

El Instituto Obrero Internacional (IOI) y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) desarrollaron el Simpo­sio Sindical Internacional Fidel y la clase obrera mundial, que reunió de manera virtual a más de 70 sindica­listas de casi 40 países.

 

Foto: Isabel Aguilera Aguiar

 

El evento comenzó con un mi­nuto de silencio por las víctimas del terremoto del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria. También recordó los 84 años de vida de la CTC y ho­menajeó a Lázaro Peña, Capitán de la Clase Obrera cubana, uno de los fundadores de la Federación Sindi­cal Mundial (FSM) y compañero de lucha de Fidel.

El objetivo central de la iniciati­va fue ahondar en la relación del Co­mandante en Jefe con los sindicatos de Cuba y del mundo, visibilizar sus aportes a la teoría y la praxis en la construcción del socialismo y anali­zar el rol protagónico que confería al empoderamiento de la clase obrera.

Los organizadores reconocieron que este tipo de jornadas son im­prescindibles para que los líderes más jóvenes puedan entrar en con­tacto con el pensamiento del “líder mundial que luchó y derrotó al im­perialismo”, aseguró George Ma­vrikos, presidente honorario de la FSM y del IOI.

La Revolución cubana se dis­tingue por la presencia del lideraz­go de su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, dirigente de recono­cido prestigio nacional e inter­nacional, estadista de talla mun­dial, figura carismática de gran influencia educativa y política en el pueblo, querido por los amigos de Cuba y respetado por sus ene­migos, manifestó Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político de Comité Central del Partido y secretario general de la CTC, en ponencia presentada ante el Simposio.

El Comandante en Jefe supo je­rarquizar el lugar de la clase obre­ra y de los sindicatos, explicó Ulises Guilarte. “Con el triunfo revolu­cionario del 1.º de enero de 1959 no solo se encontraron soluciones a sus reivindicaciones laborales, sino que se fortalecieron sus misiones en una sociedad como la nuestra”.

Fidel promovió, de forma sis­temática, la necesidad del perfec­cionamiento del trabajo sindical en la construcción del socialismo en términos de participación, y enfatizó en la importancia de la democracia sindical, argumentó Guilarte.

En la praxis política Fidel utili­zó como método la consulta con los trabajadores; ejemplo de ello fueron los Parlamentos Obreros. Recordó aquellas jornadas que contribuyeron a que los trabajadores participaran directamente en la toma de decisio­nes y ratificaron que de las masas surgen las mejores propuestas y al­ternativas.

Con sus visitas a centros de pro­ducción y servicios, el jefe de la Re­volución estableció un método per­sonal para eludir la desinformación, desterrar la burocracia, romper inercias, escuchar directamente a los trabajadores y descubrir poten­ciales cuadros de dirección.

Rememoró el apoyo absoluto brindado por el Comandante en Jefe a la idea de que los derechos laborales contaran con respaldo constitucional, así como a que se aprobara un Código de Trabajo in­clusivo, que tomara en cuenta los convenios de la Organización In­ternacional del Trabajo de los cua­les Cuba es signataria. Fidel fue un gigante político del siglo XX, sentenció Guilarte. Con su palabra y acción defendió incondicional­mente las ideas revolucionarias. De él aprendimos que solo los que luchan tienen derecho a triunfar.

La investigadora del Instituto de Filosofía de Cuba y presidenta del Consejo Técnico Asesor de la CTC, Dania Leyva Creagh, señaló que el Líder Histórico de la Revo­lución cubana valoró al sindicato como “una organización impres­cindible para todas las funciones importantísimas que tienen los tra­bajadores dentro de la Revolución. Confirmó que Fidel estaba conven­cido de que los sindicatos debían ser protagonistas de los procesos definitorios de la vida política del país, “sobre todo en la conducción de los debates populares”.

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