El Astro de la Higiene, renombre de Cepil en el mundo empresarial, brilla con luz propia desde que fue flechado, la víspera del Día del Amor hace 60 años, en la provincia de Ciego de Ávila.
Nace así el colectivo de la empresa Juan Antonio Márquez que comienza a desarrollarse con múltiples inversiones y alcanza la exclusividad en Cuba como productora de cepillos y artículos plásticos para el hogar y la higiene en general, destinados a la venta en tiendas, el turismo, el comercio electrónico, los organismos priorizados y el Ministerio de Comercio Interior, este último con un grupo de renglones para la canastilla.
Allí la nueva batalla en defensa del plan de producción para el presente año tiene un legado de estirpe guerrillera. El Che inaugura la fábrica el 13 de febrero de 1963, por eso seis décadas después sus trabajadores se proponen crecimiento en los indicadores de eficiencia pese a los tantos obstáculos enfrentados en el 2022.
A partir de julio de ese año, por citar un ejemplo, se paralizó el taller de encerdado, afectándose la producción de cepillos y escobas por la falta de monofilamentos y la casi nula existencia de resinas, debido a las limitaciones del país para financiar las importaciones, según se informó en la reciente asamblea de presentación del plan de la economía y el presupuesto para el 2023.
Incide también la carencia de piezas de repuesto, la falta de recursos para reparar moldes y las interrupciones del servicio eléctrico, problemas que disminuyeron las producciones en unidades físicas.
Sin embargo, ante el insuficiente volumen de materia prima virgen, crece el nivel de iniciativas de los trabajadores en defensa de su plan que concluye la pasada etapa anual con dividendos en las ventas, la productividad del trabajo y las utilidades que fueron superiores a los 34 millones de pesos.
Para materializar tal gestión, agarraron por el mango todo tipo de contingencia y transformaron el plástico en unos 50 renglones, acudiendo a la producción cooperada con actores económicos no estatales, la adquisición de resinas en inventarios ociosos de varios centros laborales y la recuperación de todo el material de desecho de la fábrica y de otras industrias que fue reincorporado a la producción, como parte de la llamada economía circular.
Especialistas de esa industria consideran que tales alternativas no impiden cumplir el ciclo completo del producto y la calidad de cubos, cepillos dentales, vasos, potes, cestos, cubetas, bañeras para bebé y otros renglones del módulo de la canastilla, entre los más demandados.
Los cepileros emprenden la nueva batalla económica con las fortalezas de haber cumplido el plan de ventas correspondiente a enero pasado y la utilización a fondo de su herramienta más eficaz por la que merecieron el Premio Nacional de Innovación Tecnológica, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en el 2020.
