Alisbeth Isaac Drig reconoce haber vivido un día muy emocionante, “lleno de júbilo”, cuando en el Teatro Sauto escuchó su nombre entre los cinco propuestos por el municipio de Matanzas a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
“Mi deseo es prepararme lo mejor posible para representar bien al pueblo en el Parlamento. Es un honor compartir la nominación con el miembro del secretariado del Comité Central Jorge Luis Broche y nuestra primera secretaria del Partido en la provincia Susely Morfa González, así como también con las otras dos compañeras, Daylín, la presidenta de nuestra Asamblea Municipal, y la doctora Taymí, directora del Hospital Provincial Faustino Pérez”.
Alisbeth es médica del alma. Se le nota de tan solo mirarle al rostro, y esos ojos que tanto la delatan cuando habla del bien sentido cuando hace algo por las personas, “a veces solo escucharlas, o echarles el brazo encima”.
Delegada hace unos tres años de la circunscripción número 1 en el barrio Dubrocq, Alisbeth tiene un concepto con el cual es consecuente. El barrio, para ella, es la Cuba chiquita. Primero, hay que sentirse a gusto en esa geografía, confiesa la funcionaria de la Dirección Municipal de Trabajo y especialista principal de trabajo social en el consejo popular de Versalles.
“En la circunscripción donde actúo, se realizó una transformación social profunda, con beneficio para familias en situaciones de vulnerabilidad. Eso me pone en condiciones idóneas para realizar una labor más efectiva como delegada, que ahora puedo enfocar las acciones en otras áreas sociales necesitadas. ¿Qué se hizo?
“Fundamental arreglos de las calles, de la bodega y la escuela, y, sobre todo, solucionarle problemas a 23 familias con la entrega de recursos e incorporando a jóvenes al estudio y al trabajo, la atención al adulto mayor, a las madres con tres niños… y otros asuntos que impactan en el desenvolvimiento cotidiano del barrio”.
Alisbeth admite cuánto refuerza el prestigio del delegado el apoyo comunitario. “Esos cambios con el concurso de entidades, nos permite desempeñar mejor nuestra función, cumplir con nuestra esencias, estar al lado de las personas, apoyándolas, velando por sus derechos, atentas a que no fallen los servicios prestados en la demarcación… La gente necesita de todo el humanismo posible y de sentirse representada por quien eligió”.
Por el Distrito número uno de la ciudad de Matanzas fue propuesta la delegada de 38 años, y madre dos niños. A su formación como trabajadora social en la escuela Frank País García, en Santiago de Cuba, debe su crecimiento humano y ese deseo infinito de ayuda, de abrazo, de consuelo.
Cuando el próximo 26 de marzo se acuda a las urnas en esta provincia, de seguro muchos estamparán su voto por Alisbeth. Ella vuelve a sonreír, humilde, pero segura.
A base de trabajo, de buen hacer, Alisbeth “construyó” un puente que la podría llevar de Dubrocq al Parlamento cubano.
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