Terminó el primer mes del año 23 y el escenario internacional no evidenció cambio alguno que permita pensar en el fin de las tensiones y los peligros para la paz mundial.
Especialmente en Europa, donde la guerra entre Rusia y los “aliados”, variante para no decir la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan y Unión Europea (UE), continuará en Ucrania.
Las noticias en enero fueron continuación de las recibidas el pasado año, y cada vez resulta más difícil engañar a la opinión pública mundial acerca de quiénes ganan con alargar ese conflicto bélico.
En resumen, más y más armamento, sofisticados, como tanques modernos vendidos por Alemania y otras naciones europeas por la presión estadounidense y el gobierno ucraniano,
Europa fue el escenario de la primera y segunda guerras mundiales y como van las cosas, también de la que pudiera ser la última, si no se paran a tiempo sanciones y presiones de todo tipo.
La Otan persiste en seguir la política estadunidense en Asia y lo demuestran las más recientes acciones. China es el principal objetivo, aunque el trasfondo de la agresiva política contra el gigante asiático incluye a Corea del Norte. Las provocaciones son una constante y las amenazas cada vez mayores.
La reciente visita del secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin a Seúl, provocó una fuerte respuesta de Corea del Norte, por considerar “un peligroso escenario el convertir a Corea del Sur en un enorme arsenal de guerra”.
Filipinas acordó por su parte proporcionar a Estados Unidos un acceso ampliado a bases militares clave en su territorio, en medio de las elevadas tensiones con China. Cualquier parecido con la escalada de los “aliados” con Rusia es “pura coincidencia”.
Los tambores de la guerra ya se escuchan también en Asia. El olor a pólvora se esparce por dos continentes.
Un vocero de la Cancillería norcoreana culpó a Washington de la “escalada de tensiones entre las dos Coreas y por mover todos los resortes para “demonizar” a RPDC, para luego augurar una guerra frontal entre Estados Unidos y Corea del Norte”.
Más tranquilidad en la “selva” que en el “jardín”
Todavía se comenta el discurso del alto representante de la UE, Josep Borrell, cuando considero a Europa como un jardín y al resto del planeta como la selva, aunque la realidad demuestra que la vida en el jardín se ve alterada por las sanciones y aceptarr las exigencias de EEUU.
Ya se aprobó el envío de tanques, ahora en Kiev esperan aviones de combate, por lo que la Cancillería rusa precisó que ello “llevará a Occidente a un nuevo nivel de confrontación» con Moscú.
Mientras, los que vivimos en la selva, vemos con preocupación a los gobiernos europeos como simples seguidores de Washington, despreocupados por la repercusión de las medidas que toman contra Rusia y por no atender los muchos problemas internos que tienen en sus propias naciones.
Esto explica las huelgas en Gran Bretaña, en Francia, las protestas en Alemania y en casi la totalidad de las naciones de la Unión Europea, poblaciones que ven con horror como desaparecen los logros alcanzados en épocas de abundancia.
Las temperaturas más bajas aún no se han registrado, lo que será recibido por los europeos con total inseguridad, tanto por la falta de energía suficiente como por la incapacidad de enfrentar los altos precios para garantizar el calor necesario dentro de los hogares.
Según versión periodística de los primeros días de febrero, el Presidente ucraniano debatió con la presidenta del Parlamento Europeo, Von der Leyen, la aprobación de un nuevo paquete de sanciones del bloque comunitario contra Moscú.
Es decir, más armas y más sanciones. La delegación de la UE no habló, ni siquiera mencionó, posibles diálogos para lograr la paz.
Vladímir Putin precisó en un discurso por el aniversario 80 de la victoria en la batalla de Stalingrado: “Parece increíble pero es verdad: vuelven a amenazarnos con tanques alemanes Leopard, que llevan (las mismas) cruces (pintadas) en sus lados”.
Para concluir “el futuro de Rusia depende en gran medida del conocimiento del pasado, de entender en qué tierra vivimos y gracias a quienes vivimos.
“Quienes esperan derrotar a Rusia en el campo de batalla, al parecer, no entienden que la guerra moderna será diferente, en absoluto”.