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La economía cascada (+ Fotos)

El tema de las empresas agropecuarias con pérdi­das es viejo y harto conoci­do en el ámbito económico nacional. Lacera a esas entidades, a sus trabajadores y a la población. Las causas eran básicamente in­eficiencia productiva y falta de ac­ceso a insumos y tecnologías mas, el ordenamiento monetario (OM) trajo otra: el diseño.

 

Urge asegurar salarios decorosos a las trabajadoras avícolas, una fuerza especializada que no debe perderse. Foto: Eduardo Palomares

Durante el balance anual del Ministerio de la Agricultura en el 2021, su titular Ydael Pérez Brito in­formó que en 48 empresas “las pér­didas corresponden a lo diseñado en la Tarea Ordenamiento con vistas a proteger a los productores” mientras que otras 132 “no soportaron la de­valuación aprobada”.

Desde ese momento, el Minis­terio de la Agricultura junto a los de Economía y Planificación, y el de Finanzas y Precios buscan en­mendar el “diseño”, y “posibles so­luciones a las empresas con pérdi­das por causas ajenas a su gestión”, dijo entonces Ydael.

Las que incurren en pérdidas por las demás causas tienen que buscar sus propias soluciones, y hay un tercer elemento expuesto en esa ocasión: el impago por parte del Estado a los campesinos.

Todo se arrastra como una cade­na que repercute negativamente en el aspecto productivo y se refleja, por supuesto, en el empobrecido surtido que llega a la mesa de los cubanos.

 

La voz de los trabajadores

Ante tales disyuntivas se ha alzado la voz de los trabajadores. “No todas las empresas con pérdidas son ineficientes”, insistió Néstor Her­nández Martínez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabaja­dores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros (SNTAFT) en la Sesión Ordinaria de la Asamblea Nacional, efectuada en julio del año 2022.

 

Sembrar alimentos en las propias vaquerías, garante de la alimentación. Foto: Agustín Borrego Torres

No se puede hacer una evalua­ción general de las empresas con pérdidas, hay que separar las 82 que tenemos con ineficiencia, con las cuales estamos trabajando y las 19, que cuando se aplicó la Tarea Ordenamiento nacieron con pérdi­das por un problema de diseño. En un principio se decidió que las de estas últimas las asumiera el pre­supuesto del Estado.

De estas hay cuatro procesa­doras de café. Cuanto más les com­pran a los productores más pierden porque tienen que vender barato. Sin embargo, siempre habían sido eficientes. Les sucede igual a algu­nas empresas de pienso y de sumi­nistros agropecuarios que impor­tan y no tienen solvencia. También le ocurre a un grupo de producto­ras de huevos.

 

Subir el precio a una parte del café: resquicio para salvar pérdidas. Foto: René Pérez Massola

La empresa avícola más eficien­te que teníamos estaba en Ciego de Ávila y ya no resiste a cómo le ven­den la materia prima, el pienso y el costo del huevo. En el 2021 sí esta­ba dentro del presupuesto del Esta­do asumir esas pérdidas, pero en el 2022, pensando que se iba a resolver el problema de diseño de esas em­presas no está planificado hacerlo y no hay una solución en dinero.

Esto lo hemos llevado a las asambleas con los trabajadores, y les hemos asegurado que se encon­trará una respuesta a estas pre­ocupaciones por la dirección del país, concluyó Néstor.

 

Al paso de las soluciones

Apremiado por Trabajadores, Alexis Rodríguez Pérez, director de Econo­mía Agropecuaria y Desarrollo del Minag esclareció conceptos sobre la situación actual. Lo primero es que “las pérdidas inducidas por el OM corresponden a empresas que en el diseño que se les hizo, para no afec­tar a los procesos posteriores, dígase a la producción y la población, se les pidió que trabajaran con ese agra­vante.

“En ese caso teníamos las cua­tro empresas procesadoras de café, las cuatro de piensos, las once de suministros agropecuarios, 15 aví­colas y la Productora y Comercia­lizadora de Semillas”.

Y ejemplificó que por el OM, esta última empresa compró la se­milla a 11 mil pesos y la tuvo que vender a 6 mil. Eso provocó ciento y pico millones de pesos de pérdi­das, las cuales debe asumir el Es­tado porque es un mal por diseño.

“Sucede que el presupuesto del Estado, al no recibir los ingresos previstos, no pudo financiarlas y hoy solo han podido sufragar las de las cuatro procesadoras de café o una parte de estas”.

Alexis aclaró que “esas per­dían básicamente porque el precio de Acopio lo concebía, al vender el café al Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) a un valor mucho más bajo; es decir, los costos del acopio y el procesamiento eran mucho más altos que los de entrega a la industria y por algunos tipos de café dejaban de percibir hasta 90 mil pesos por tonelada”.

En las productoras de pienso (incurrían en las mayores pérdidas: más de 2 mil millones de pesos) su­cedía lo contrario: compraban la materia prima para hacer las distin­tas formulaciones a un precio alto y los vendían a solo 5 mil pesos, “para no tener que subir el precio del hue­vo a la población; el Estado debía cubrir la diferencia, pero tampoco pudo ser”, dijo Alexis.

Otro tanto pasó con las empre­sas de suministros que operaban con precios centralizados: “Se les indicó comprar urea a 26 mil pe­sos y venderla a los productores a 8 mil para que no se incrementara el precio de los productos agropecua­rios y los del mercado”.

Algunas medidas aprobadas luego del OM resuelven el proble­ma de las empresas de suministro y la de semilla, y en este año 2023, las de café, explicó el director de Economía Agropecuaria y Desa­rrollo. Expresó que se aprobó un nuevo precio al café y se dio la po­sibilidad de vender cierta cantidad en un mercado diferenciado pues­to de acuerdo con la industria. Se puede comercializar a precio supe­rior, pero aclaró que no es el de la canasta básica.

“Quedan pendientes las solu­ciones para las de piensos y las 15 productoras de huevos, que dejan de ingresar mil millones de pesos por inestabilidad y poca calidad de la alimentación y porque la ma­yoría de las ponedoras son viejas. Contra la incubación inciden la falta de medicamentos y vacunas; al no haber incubaciones no hay reemplazo.

“Ahora el país está haciendo acciones para buscar gallinas y se analiza la propuesta de solución del pienso y del huevo”.

Alexis puso el freno o la coleti­lla: “Y que el presupuesto subsidie a las personas, no al producto”.

 

Mientras tanto, la avícola más eficiente pone pérdidas

Hace un tiempo se hablaba sobre la Empresa Avícola de Ciego de Ávila en términos de gallinas de oro, líder en el indicador huevo por ave, mejor colectivo de su tipo en el país, entidad Vanguardia Na­cional…

 

Foto: José Luis Martínez Alejo

Sin embargo, hoy su directora de desarrollo, Laura Cid Carbonell no puede mostrar resultados simi­lares a los que llevó a las sesiones finales del XXI Congreso de la CTC, en el 2019: “Acopiamos más de 16 millones de huevos por enci­ma del plan en solo nueve meses de labor…”, decía entonces.

Ahora le resulta difícil di­simular su inconformidad. “La producción fue de 25 millones de unidades menos que la plani­ficada en el 2022”, y ejemplifica que en la unidad de ponedoras Primero de Enero, por tradición insignia de la avicultura cubana, tampoco pudo superarse la crisis que obligó a acopiar 223 posturas por ave el año pasado, contra 296, en el 2019.

Trabajadores siempre había notado en las granjas de la enti­dad que, sin tanto cacareo, per­duraba una gestión de excelencia, pero esta vez encuentra la econo­mía cascada como el huevo roto, con más de 35 millones de pesos de pérdidas acumuladas en la pasada etapa anual, y 24 millones 600 mil planificadas para el 2023.

Yeniseys López García, direc­tora del centro de gestión, rompe el “cascarón” para mostrar la realidad. “A nuestra empresa no la favoreció el ordenamiento monetario”.

La Máster en Contabilidad Gerencial, argumentó que “desde febrero del 2021, se nos retiró el subsidio equivalente a 500 pesos por millar de huevos producidos, cuando también crecieron las tari­fas de todos los insumos y quedó en desventaja el producto princi­pal que cuesta 2 mil 284.34 pesos por mil unidades. Esa cantidad mantiene el mismo valor de venta de 237.42, lo que provoca una afec­tación ascendente a 17 millones 100 mil pesos”.

Entre los recursos que deben ad­quirir mencionó al pienso, la ropa sanitaria, las botas, la oxitetracicli­na y otros medicamentos, cuyos pre­cios aumentaron en el mercado entre 4 y 55 veces de uno a otro.

“Además, incidió el endeuda­miento con el banco por la necesi­dad de solicitar créditos para asu­mir los pagos a los proveedores, ya que tenemos un saldo en cuentas por cobrar fuera de término de 9 millo­nes 100 mil pesos, que nos deben empresas de comercio y gastrono­mía, y avícolas de otras provincias a las que les suministramos huevos por no cubrir con sus producciones el per cápita de la canasta básica”.

A las carencias materiales y financieras citadas se suman las disyuntivas señaladas por José Carlos García, director de pro­ducción. “A nuestras aves les ha llegado la alimentación tardía y han padecido ayunos en determi­nadas etapas, por la demora del pienso trasladado desde Cienfue­gos, producto que en ocasiones ha sido un cereal o una premezcla, por falta de las materias primas”.

 

Cuando diversificar no es la gran solución

Aunque se requiere una solución nacional para sacar a flote la avi­cultura, los avileños buscan nue­vas fuentes de ingresos. Según Leyda Martínez Anaiz, directo­ra general de la Empresa Avícola, “trabajan en la incorporación de gallinas semirústicas para la ob­tención de huevos, cuentan con 40 mil codornices y pavos en produc­ción y desarrollan el programa de pollos de ceba”.

Pero aclara que, siempre las gallinas especializadas en la pues­ta de huevos han aportado y segui­rán dando los mayores dividendos productivos y económicos.

De manera que la diversifica­ción no sería el camino definiti­vo para recuperar la rentabilidad por parte de un colectivo acos­tumbrado a establecer récords productivos y hacer proezas como la de mantener activas a sus siete unidades de ponedoras, las que un día el huracán Irma lanzó sus naves al suelo.

En Ciego de Ávila también encaminan otras estrategias que debieron ser cotidianidad desde hace muchos años. Repercutió en la prensa local la implementación de una estrategia de trabajo para atender las 21 empresas que cerra­ron con pérdidas en el 2022.

Susivey Márquez Toledo, coor­dinadora de Programas y Objeti­vos de la Economía en el Gobier­no Provincial, dijo al Portal del Ciudadano que se creará una co­misión económica territorial, con estructuras en los 10 municipios y la responsabilidad de supervisar a entidades con indicadores deterio­rados, y a las que proyectan pérdi­das para el 2023, cuyos resultados serán chequeados de manera siste­mática.

Las comisiones municipales asesorarán a las empresas para buscar soluciones a los problemas económico-productivos, en un con­texto de escasez de liquidez, défi­cit de materias primas y bloqueo estadounidense recrudecido.

De manera constante, aseve­ró, se actualizarán y revisarán las fichas de costos por produc­tos y servicios, y se velará por la ejecución de los gastos a partir del ingreso previsto. El otro gran frente de trabajo es el sanea­miento de las cuentas por cobrar y la eliminación de las cadenas de impagos.

 

No hay recetas infalibles

Lo que no funciona para unos, puede que sea perfecto para otros. La di­versificación, esa fórmula añeja que Cuba lleva muchos años tratando de generalizar no le acomoda a la avíco­la de Ciego de Ávila, pero ha salvado la economía a muchas entidades de la agricultura, como la Agropecua­ria Bacuranao, de La Habana.

En el 2021 la empresa perdió 7 millones 800 mil pesos y al año siguiente ganó 6 millones 700 mil, fruto de un reordenamiento de la empresa, buscando estructuras más planas, eliminando unidades ineficientes y fortaleciendo los co­lectivos laborales, explicó Esmere­gildo Martínez Gámez, su director.

 

Diversificar, la fórmula infalible. Foto: Agustín Borrego Torres

Unido a eso, la diversificación de la producción, no solamente la ganadera y de cultivos varios, sino la elaboración de abonos y mate­ria orgánicos, la cría de conejos y otras especies, actividades fores­tales como la venta de madera y carbón vegetal, y el cierre del ciclo productivo con las minindustrias.

Eso dio la posibilidad de cum­plir el plan de ventas y por supues­to, generar utilidades, concluyó el directivo.

 

¿Tantas cosas a la vez?

Si la Granja Pecuaria Cotorro, per­teneciente a Bacuranao solventa su economía se debe a la práctica de va­rias actividades productivas a la vez. No es extraño encontrar una briga­da troceando madera, otra llenando bolsas con tierra y sembrando las se­millas de cratilea, jóvenes desenre­dando alambres, construyendo, va­queros cercando portillos, mujeres dando de comer a las gallinas, lim­piando vaquerías o sencillamente en tareas de oficina.

La diversidad tiene expresión en estos predios, donde a partir de enero comenzaron inversiones para la cría de conejos; tienen una treintena de hembras con 10 ma­chos, que debe crecer muy pronto, al igual que la comercialización de simientes de plantas proteicas, madera y humus de lombriz, y su­marán una minindustria para ha­cer queso y yogur con sus exceden­tes y la compra de leche a terceros.

Yaritza González Aguilera, di­rectora de la UEB, sabe que queda mucho por hacer en un colectivo con trabajadores de experiencia y consagrados. Los logros llevan el sello de sus resultados como eco­nómica y la promoción a directora, así como el de Beatriz Fraga, quien domina los detalles técnicos de la ganadería y capacitó a muchos de los que allí permanecen.

Ellas también ven los defectos: en diciembre, tres unidades estaban va­cías y hoy se desarrolla un programa bufalino, que cuenta con 129 hembras y dos sementales, la primera unidad para el ordeño y una tercera espera 50 búfalas que llegarán de otras pro­vincias; y van a sembrar alevines en las micropresas de dos unidades.

Reconforta recorrer las salas de ordeño, las viviendas ubicadas en las propias vaquerías, que acogen a las familias de los vaqueros, ver la ale­gría de María y Jorge Félix porque les llegó una bomba para extraer el agua, la cortesía con que reciben al visitante o al “carrero” que recoge la leche conservada en el termo.

Quizás los 105 trabajadores de la UEB Cotorro no sientan la misma sa­tisfacción, pero al conversar con una veintena de ellos en diversos escena­rios, se disfruta la entrega, la sonrisa y el apego al trabajo duro y sacrifica­do de la ganadería. Nada podrá apla­car el espíritu de esos triunfadores, que con más trabajo, emergen ante cada dificultad.

Pregunté a Yaritza si la Tarea Or­denamiento les provocó retroceso, y respondió con certeza: avances. “Hubo un reordenamiento de la empresa, dis­minuyó la fuerza de trabajo, se dejaron de pagar salarios sin respaldo produc­tivo, practicamos el multioficio, tene­mos tierras preparadas para seguir sembrando; nada nos detiene”.

 

Inconformidad a la vista

Su voz tiene un dejo de inconformi­dad: “Se han aplicado medidas con tratamiento financiero y resolucio­nes en algunas empresas, pero que­dan financiamientos con créditos bancarios que no tienen solución”, afirmó Néstor Hernández Martínez, secretario general del SNTAFT.

Al referirse a lo expuesto por el director de Desarrollo Agrope­cuario, traduce que aún quedan empresas eficientes planificando pérdidas para este 2023. “El Sindi­cato sigue batallando, no descan­saremos hasta que se encuentren las soluciones definitivas”, afirmó.

Azorar las pérdidas económi­cas inducidas resultaría difícil, pero no imposible si se cumplen los reclamos de los trabajadores y se reordena lo desordenado.

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