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Cuba despide a Teresa Melo, voz esencial de la lírica

En la plenitud de sus capacidades creativas, cuando todavía le quedaba mucho por entregar, ha muerto la poetisa, periodista y editora Teresa Melo, nacida en Santiago de Cuba en 1961.

Su ciudad pierde a uno de sus más lúcidas intelectuales, referente de promociones completas de escritores y ciudadana comprometida con los destinos de su nación.

Ella fue una de las voces principales de la generación lírica de los ochenta, con una poesía de delicada calidad formal, de diáfanas imágenes y evocaciones.

En un Foro Solidario de la Asamblea de los Pueblos del Caribe, como delegada y representando el Capítulo Cubano de la Red en Defensa de la Humanidad, había afirmado: “la poesía sigue, acompaña y alumbra, incluso a aquellos que no la conocen, creen, necesitan, sufren, hacen, sin saberlo”.

Y ese fue su credo: la defensa de la capacidad movilizadora del arte, ajena a consignas y lugares comunes, expresión sublime del ser humano.

En esa misma declaración, agregaba: “Sí, necesitamos la poesía: está en la gente y la semilla; acompaña la muerte para que sea menos muerte. Acompaña la vida para que sea más vida. Y en todo lo vivido y lo por vivir, el poeta multiplica y dice: Veo una voz y estoy en ella”.

Teresa Melo obtuvo importantes galardones de la literatura nacional, entre los que se destaca el Premio Nicolás Guillén de Poesía. Fue jurado de numerosos certámenes y sus colaboraciones periodísticas aparecían en varios medios de comunicación.

Su coherencia le impuso no pocas batallas en las redes y otros espacios de socialización, que asumió con elegancia y suficiencia.

Al conocer la noticia, el presidente de la República Miguel Díaz-Canel ha publicado en su perfil de Twitter: “Con inmensa tristeza hemos conocido del fallecimiento de nuestra amiga Teresa Melo, una mujer intachable, poeta querida por su Santiago y por Cuba, esa Isla que tanto amó y defendió”.

Libro de Estefanía (1990), Yo no quería ser reina (2001), El mundo de Daniela (2002), Las altas horas (2003): sus libros dejan testimonio del vuelo de su creación. Sus muchos amigos y admiradores lamentan su partida temprana, el espacio que deja en la cultura de su Santiago, de su país.

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