Hace pocas semanas era frecuente escuchar que había una noticia buena: el 31 de diciembre se acaban los apagones de 2022, y otra mala: el primero de enero comenzarán los de 2023, lo cual debiera ser algo que no olvidemos, pero interpretado seriamente ubicando el hecho en su contexto.
Si tomamos en cuenta la situación en que ocurren las molestas interrupciones eléctricas de estos días, podemos afirmar que es al revés: la mejor noticia está en los actuales apagones, que siguen siendo mortificantes, pero no como aquellos prolongados de hasta 12 horas o más al día.
Por ejemplo: ni sábado ni domingo hubo déficit en la capacidad de generación, y si hubo algún lugar sin servicio, fue debido a roturas locales, y amanecimos este lunes 39 del primer mes del año con el pronóstico de una afectación de 50 MW en el horario pico, lo cual contrasta con los de 2023 que en cualquier momento hasta superaban los 1000.
A pocos minutos del comienzo del segundo mes del año, existen 30 jornadas en las cuales no ha sucedido que al entrar una termoeléctrica en mantenimiento, salían también otras por roturas; y al incorporar una otras dejaban de generar, siendo el déficit cada vez mayor.
Independientemente de la prioridad para conseguir recursos materiales, lo más importante sigue siendo un elemento endógeno: la fuerza de trabajo que bien conducida y estimulada pueden obrar el milagro de hacer posible lo imposible.
No se puede negar el aporte de los equipos, partes y piezas, pero es un error creer son el todo y hacer recaer únicamente en las unidades flotantes la causa de que estas primeras semanas del año transcurran con una mejoría notable.
Sin negar su importancia, debemos contextualizar las conocidas como patanas, que dentro del sistema electroenergético aportan solo el 15 por ciento, y no es como algunos dicen que la situación actual se ha logrado porque llenamos el país con esos medios marítimos.
Para la comprensión, por la importancia de las palabras, además de precisar que el país no está “lleno” de patanas, es válido recalcar que los partes diarios que la Unión Eléctrica coloca en su página de Facebook no es una adivinación, ni tampoco una información de un plan técnico económico, ni una promesa.
Este lunes 30 dijeron: “para hoy se estima que el horario diurno transcurra sin interrupciones al servicio”, lo cual es un estimado o pronóstico de acuerdo con la situación en la que tuvieron en cuenta que hoy a las 7 am la disponibilidad era de dos mil 410 megawatts (MW) y la demanda mil 850 MW.
En cuanto al horario pico (5 pm a 7 pm), tras prever el completamiento de la unidad 6 de Energas Boca de Jaruco (con 30 MW) y la entrada de 295 MW en motores diésel pronosticaron que la afectación al servicio sea de 50 MW.
Algo que nadie niega su importancia, los mantenimientos motivan que hoy no generen la unidad 2 de Santa Cruz, las 4 y 6 de Renté, además de la generación distribuida con 436 MW; sin embargo, hay averías que no hacen colapsar el sistema como el año pasado, mientras hay averías en las unidades 5, 6 y 7 de Mariel, 1 de Santa Cruz, 3 de Cienfuegos, 4 de CTE Nuevitas y 2 de Felton.
No se acabaron los apagones por déficit de generación como algunos afirman, más por deseos que por razonamientos en muchos casos, pues para reducir al mínimo esa probabilidad debe haber una reserva que iguale a la planta que más genere en el momento.
Tampoco olvidemos que el sistema electroenergético nacional no está conformado únicamente por centrales termoeléctricas, y mucho menos dejemos de tener en cuenta que el único objetivo no es satisfacer la demanda del sector residencial, sino también del productivo y de servicios, sobre todo el industrial que está llamado a reactivarse.
Y la noticia, mejor que la del 2022 es que en este 2023 han transcurrido los primeros 30 días sin apagones de 12 o más hora al día, el déficit no es de miles de MW y en reiteradas jornadas es favorablemente cero, no se interrumpen 200 MW cuando entran 30, y se avanza en la estrategia de garantizar que lo instalado funcione, y se recuperen capacidades al tiempo que se dan pasos en incrementarla mediante inversión extranjera.
Puede haber limitaciones e inestabilidad con los combustibles que por algún motivo no puedan adquirirse, y no haber todo el financiamiento necesario para solucionar todas las dificultades, pero no caben dudas de que el 2023 empezó con mejores noticias y sus protagonistas son los trabajadores del sector eléctrico, a quienes debemos apoyar desplazando actividades fuera del horario pico y no derrochando.