Difícil resulta encontrar a un poblador de esta provincia que no tenga referencia alguna de la fábrica de conservas El Faro. Durante más de 50 años ha producido y suministrado productos para la alimentación. Precisamente, en ella se efectuará el acto nacional correspondiente al presente año por el Día del Trabajador de la Industria Alimentaria (25 de enero).
Por acuerdo del Ministerio (Minal) y el Sindicato de ese sector (SNTIAP) se le otorgó la sede de la celebración central del país a la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria (EPIA), de este territorio.
En aras de contar con otros elementos y detalles acudimos a Magaly Torres Abreu, directora general de la entidad.
¿Cómo han podido enfrentar las notables carencias de materias primas y la falta de otros recursos?
La implementación de las 43 medidas orientadas por el Gobierno ha permitido a la empresa más autonomía en la búsqueda de alternativas. Entre las acciones se encuentran: encadenamiento productivo con los nuevos actores económicos y la adquisición de insumos para incrementar las producciones en surtidos no derivados de la harina.
Las ventas a la zona franca del Mariel y al turismo propiciaron la formación de financiamiento para la compra de materias primas y tecnologías, y el vínculo con la Universidad favoreció la capacitación de todo el personal a fin de enfrentar los nuevos desafíos productivos.
¿Qué acciones han acometido para ampliar las ofertas de productos?
Múltiples en toda la estructura. Las más notables son, además del ya mencionado encadenamiento, los ajustes de las normas para lograr un mejor aprovechamiento de las materias primas sin afectar la calidad; diversificación de producciones no derivadas de la harina, nunca antes realizadas, como el turrón de coco, la croqueta de yuca, la rosita de maíz, vinos y vinagre, encurtidos de vegetales…, y mejoras tecnológicas en las unidades, entre otras.
¿Cómo cerró en 2022 en los indicadores principales?
La empresa logró cumplir la producción en valores al 109 por ciento. No sucedió igual con el indicador físico, pues quedó al 88 por ciento, debido al déficit de materias primas, principalmente de la harina de trigo. No obstante, los valores alcanzados permitieron el sobre cumplimiento de las ventas a un 4 por ciento y lograr utilidades.
¿Cuál es la consideración predominante sobre la calidad de la producción? ¿Qué falta por mejorar?
Pese a todas las alternativas productivas desarrolladas en nuestros talleres, la calidad del pan sigue siendo una insatisfacción, debido en lo fundamental a que la materia prima no reúne todas las características técnicas adecuadas para los procesos. También falta más capacitaciones a los maestros panaderos.
Se mantiene la trazabilidad de las materias primas con que se trabaja. Hemos logrado el vínculo directo de los técnicos y se han realizado controles por grupos de trabajo, pero esas acciones resultan aun insuficientes.
La utilización del laboratorio en el análisis de las muestras ha sido una herramienta importante para reconocer las afectaciones que por problemas subjetivos sufren también los procesos de elaboración del pan.
¿Cuáles son las perspectivas para este año?
Incrementar las producciones con destino a la comercialización por MLC; diversificarlas a partir de los estudios nutricionales, con sustento en el encadenamiento productivo; incluir otras nuevas ofertas en la plataforma virtual, e incrementar las producciones alternativas y su uso, como los extensores en los procesos productivos que permitan sustituir importaciones.
Quehacer sindical
Leticia Águila Roque, secretaria general del buró provincial del SNTIAP, consideró que el colectivo de esa empresa, el que cuenta con mil 045 afiliados, sobresale integralmente y particularmente por la participación en las jornadas de trabajo voluntario; los movimientos emulativos vinculados a la eficiencia y productividad del trabajo, y el aporte de soluciones, innovaciones e inventivas.
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