Basta que un texto de cualquier género sea de la autoría de alguno de los eminentes doctores Alfredo Espinosa Brito y Rubén Darío García para que resulte imprescindible a los muchos profesionales del sector de la Salud, en Cuba y también en otros países.
Y si los dos profesores unen y ponen en común inteligencia y experiencia, lo escrito o narrado resulta indispensable para elevar el conocimiento.
Eso acaba de suceder. El binomio de Espinosa Brito y Darío García unió el empeño y como parte de un colectivo de autores, participaron en la conformación del libro titulado Reseña Histórica de la Evolución de la Especialidad de Medicina General Integral en Cienfuegos.
Durante la reciente presentación, hecha por ambos en el hotel Meliá San Carlos, en la ciudad de Cienfuegos, explicaron que el proyecto fue una decisión del Estado cubano, a partir de una la idea del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: “Tendremos un médico general que será especialista, que hará su carrera, que hará tres años de residencia (…), más la práctica”.
Con su materialización se creó un nuevo concepto, convirtieron la generalidad en una especialidad: la Medicina General Integral, un concepto asociado a la idea del Médico de la Familia.
Fueron perfeccionados los policlínicos y esos centros asistenciales cercanos a las personas devinieron facultades universitarias, porque todos los Médicos de la Familia tenían que hacer la especialidad (…), compartiendo el estudio con el trabajo, explicó también el líder de la Revolución cubana, según recoge el texto.
Y en una parte del mismo señalan: “Al referirnos a la evolución de la especialidad de Medicina General Integral en Cuba es importante señalar que, desde la década de 1960, la práctica médica se orientó a la atención ambulatoria, se puso en práctica un modelo de atención con la creación del Policlínico Integral (1964), sobre la base de brindar asistencia por parte de los médicos en ese tipo de centro asistencial y la vigilancia en el terreno de auxiliares de enfermería y trabajadoras sociales. Las actividades se desarrollaban por sectores.
“Este modelo se ocupaba de una solución integral de los problemas de salud en esa época. De esta forma se inició la práctica de una medicina integral, preventiva y curativa, mediante el desarrollo de acciones de salud sobre las personas y su medio (…) El éxito de esos policlínicos fue la disminución de las enfermedades infectocontagiosas”.
En la presentación del texto argumentaron además, que el modelo de Medicina Familiar de Cuba tiene particularidades que lo singularizan y es referente para muchos países, sobre todo de Latinoamérica.
Durante el enfrentamiento a la epidemia de COVID-19, el Sistema de Atención Primaria resultó el mejor soporte para los ensayos clínicos de las vacunas cubanas y para las campañas de inoculación en específico.
Sin la Atención Primaria de Salud no sería posible concretar la ciencia por la vida. El Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI) y el control de las enfermedades crónicas no transmisibles, también son prerrogativas esenciales del proyecto de medicina familiar, manifestaron.