Así expresa un mensaje difundido en Facebook por la Unión de Escritores y Artistas en Matanzas, luego de conocerse el fallecimiento del destacado creador de las artes visuales, diseñador escénico, de libros y escritor, Rolando Estévez Jordán (Matanzas, 1 de diciembre de 1953), Premio Nacional de Diseño del Libro por la obra de la vida 2010, a quien hace apenas unas horas, con motivo de arribar este año a su cumpleaños 70, la Jornada Villanueva del Teatro Cubano, rindió un cálido homenaje en La Casa de la Memoria Escénica, de la Atenas de Cuba, donde fue inaugurada una exposición de carteles de su autoría, concebidos para diferentes agrupaciones escénicas de esa provincia.
Estévez igualmente trascendió en el dibujo, la instalación y el performance; amén de su memorable impronta como diseñador principal de Ediciones Vigía —donde trabajó durante casi 30 años—y fundador de la editorial El Fortín, única en el país independiente y manufacturada, amén de su prolífica trayectoria como poeta; género sobre el que aseguró al colega Guillermo Carmona Rodríguez, en una entrevista publicada en febrero de 2019 en el periódico digital Cubahora: “yo siempre me centraré en la poesía, porque no tengo otros ojos y mis ojos solo son para ella; aunque también interviene el fenómeno de los poetas en Matanzas algo increíblemente estrepitoso: se mueren tres y nacen diez, se van cuatro y aparecen cinco; es como un manantial que crece y crece”
La Feria Internacional del Libro, en su edición de Matanzas en mayo del último año, estuvo dedicada a Estévez, oportunidad en que a su obra se organizaron varios coloquios y homenajes que le definieron como un artista imprescindible de nuestra escena cultural. “(…) al presentar su libro más reciente Oráculo en bandeja de aluminio, expresó que no concibe el arte sin la poesía. “La poesía que entiende más allá del género literario, se trata de una magnitud humana que trasciende los versos”, tal expresó en un dialogo publicado en el rotativo Girón por el periodista Arnaldo Mirabal Hernández.
Arnaldo tituló su texto con una frase que hoy adquiere elevados quilates: “Esta ciudad no sería la misma sin la figura de Estévez”; en tanto lo calificó como “una especie de creador renacentista, durante su vida ha explorado infinidad de manifestaciones del arte para expresar sus inquietudes como autor…”.
Ese mismo mes, durante el estreno de Teatro Icarón de la multi-representada pieza La señorita Julia, tragedia naturalista escrita en 1888 por el sueco August Strindberg (Estocolmo,1849-1912), bajo la dirección artística de su hija Lucre Estévez Muñoz —quien igualmente asumió el rol protagónico—, el connotado maestro fue ampliamente elogiado por los diseños de escenografía, vestuarios y luces, en los que expresó un fresco ideario que, con un sentido eminentemente minimal, captó la esencia de este espectáculo. En ese momento recibió el Premio Brene, conferido por la filial matancera de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) por la obra creadora de la vida; lauro instituido en el año 2009 en evocación del reconocido dramaturgo José Ramón Brene (Cárdenas, 1927-La Habana, 1990).
Durante mis recurrentes viajes a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (Acaa), de Matanzas, solía casi siempre encontrarme a Rolando Estévez en sus magistrales talleres de diseño. Respetado y querido por sus alumnos, las matrículas para esos encuentros eran difíciles por la cantidad de aspirantes que concurrían a las convocatorias, signadas por el prestigio de quien inició su carrera artística muy joven y asimismo trabajó y colaboró en varios grupos de teatro y danza en Matanzas, como Icarón, El Mirón Cubano, Danza Espiral y D´Sur.
Con una formación prácticamente autodidacta, este sencillo y amigable creador profesaba un singular amor hacia su familia, la patria y el arte, el cual, afirmaba, lo colmó espiritualmente. De igual manera amaba a su ciudad natal, sobre cuyo nombre discrepaba rotundamente, según le comentó a Cubahora: “Primero, el nombre de Matanzas me parece, sencillamente, aborrecible por sanguinario e injusto; al final matanzas de españoles hubo en toda América; por ello, para mí, se llama Bellamar o Yucayo o Guanima. ¿No suena mejor el gentilicio bellamarino que matancero? Por otra parte, esta es la ciudad más espiritual de la Isla…”. Luego agregó: “Hay una canción de Marta Valdés que dice que al mundo le faltaba una ciudad y Dios en el octavo día creo Matanzas o Bellamar. Aquí existe una manera de vivir y escribir. Fuimos meca del arte y aún lo somos…”.
Recordaba con agrado uno de sus primeros lauros, cuando en 1972 obtuvo Mención en Diseño Grafico del Salón Juvenil Nacional. Desde entonces su obra comenzó a fructificar y a hacerse reconocida entre la crítica y la prensa especializada, al punto de realizar más de una treintena de exposiciones personales e igual número de colectivas en importantes galerías de Cuba y de otros países, como Casa de las Américas, Villa Manuela, Canadá Jamaica, Francia y México D.F.…En estados Unidos su quehacer fue exhibido en las universidades de Michigan, Miami, Texas y el Museo de Arte y Arqueologia de la Universidad de Missouri, donde existe una valiosa colección de sus ejemplares únicos.
Entre sus múltiples premios y reconocimientos se destacan, además, el Premio Especial del Salón Nacional de la Grafica 26 de Julio, por el conjunto de diseños presentados para Ediciones Vigía; así como . su Primera Mención y Mención del Concurso Internacional Juntos Creamos, convocado por la Revista Polonia, en 1973; además de dos premios Avellaneda, de Diseño Escénico, en los festivales de teatro de Camagüey, respectivamente en 1990 y 2000 y el Premio Nacional Rubén Vigón, de Diseño Escénico, en La Habana.
Buena parte de los trabajos de Estévez en los diseños de libros se encuentran en importantes colecciones institucionales y privadas de distintas latitudes, como el ibero-Americanishes institut, de Berlin; la Biblioteca Britanica, de Londres; el Museo Atlántico de Arte Contemporáneo, en islas Canarias; el Museo de Arte Moderno (MOMA), de Nueva York; el Grolier Club, institución privada y una sociedad de bibliófilos de la ciudad de Nueva York, fundada en enero de 1884, la más antigua de su tipo en América del Norte; y la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, entre otras. Sobre su obra han aparecido textos en las más importantes publicaciones de arte y literatura de Cuba y en revistas de Estados Unidos, España, México y Costa Rica, .
Tras conocer la fatídica noticia del deceso de este extraordinario artista, miembro Uneac y Miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz, el prestigioso dramaturgo, investigador y guionista cubano, Ulises Rodríguez Febles, radicado en Matanzas, enfatizó: “Se fue el poeta, el pintor, promotor, el performance, el diseñador escénico y gráfico, que trabajó con la mayoría de nuestros grupos, y también con Buendía.
“Estévez el inquieto y el incansable, uno de los más completos entre nosotros, un hombre, que caminaba iluminando con su estética, cada espacio al que se enfrentaba, y lo subvertía, con su lucidez y su agudeza; el poeta que tejió palabras e imágenes, potentes, telúricas, que al verlas, leerlas o escucharlas, estremecían y lo harán eterno.
El poeta, que se levantaba en el crepúsculo, en la ciudad que amaba y tenía adentro, en sus vísceras y su sangre, para escribir sus versos, junto al fantasma de Milanés y toda una estirpe de poetas alucinados, que andaban con él, por sus calles, en los parques, junto a los ríos amados, a los que le cantó en la ciudad de nombre sangriento, que él quería llamar Bellamar”.
Por su parte, el vicepresidente de la UNEAC y presidente de la Comisión Aponte de lucha Contra el Racismo y la Discriminación, Pedro de la Hoz, también escritor, periodista y crítico de arte, apuntó: “Rolando Estévez, pintor, poeta, escenógrafo, editor matancero, fallecido este martes 17 de enero de 2023, deja sus huellas en una búsqueda estética incesante”.
Estévez será sepultado este miércoles en la necrópolis de Matanzas. Su obra perdurará como uno de los más fértiles legados a la cultura cubana.
Es autor de los poemarios
El dios tardío (Letras Cubanas, 1990);
La cáscara profunda (Ediciones Vigía 1991);
Suite para voz y corazón en traje negro (Ediciones de La Ciudad 1997);
Mar mediante (Ediciones Vigía, 2007) y
La vena rota (Ediciones Aldabón, 2010).[3]
Ha obtenido en tres ocasiones el Premio de diseño de libros del Salón Nacional de la Gráfica. En dos ocasiones el Premio El Arte del libro, así como el Gran Premio Fayad Jamís por una colección de libros diseñados para Vigía.[3]
Su obra plástica se ha difundido en exposiciones colectivas y personales (cerca de veintisiete) en Cuba, Estados Unidos, México, Francia, Venezuela y Martinica. Algunos de sus títulos son:
Principales obras de Rolando Estévez
Pensamiento, dile a Fragancia (1990, dibujos);
Canto a mí mismo y otras Guayaberas (1992, instalaciones y dibujos);
Las vitrinas del Llanero Solitario (1995, objetos e instalaciones);
La Séptimacena (1999, fotos manipuladas e instalaciones y objetos);
Dibujos para rascarse la cabeza (2000, dibujos);
Spotlights primer tiempo (2005, dibujos);
Spotlights segundo tiempo (2006, dibujos y pequeñas instalaciones);
Los libros del alma (2007, muestra retrospectiva de libros diseñados para Vigía);
Granos de miedo (2008, dibujos de pequeño formato).
Algunas exposiciones colectivas nacionales
1972 y 1974: Salón Juvenil de Artes Plásticas, La Habana.
1987, 1995, 1997, 1999: Salón Nacional de la Gráfica, La Habana.
1988 y 1990: Salón El arte, un arma de la Revolución, Matanzas.
1992, 1993, 1994, 1995, 1997, 1999: Salón Roberto Diago, Matanzas.
1998: Primer Salón de Arte Contemporáneo, La Habana.
1998: Segundo Salón de Arte Contemporáneo, La Habana.
1999: Cuatro de Matanzas, Vestíbulo del Teatro Nacional, La Habana.
Muestras colectivas internacionales
1993: Arte cubano contemporáneo, Martinica y Guadalupe (auspiciada por el Centro Nacional de Desarrollo de las Artes Visuales).
1994: Pintura matancera, Jamaica (organizada por el Fondo Cubano de Bienes Culturales).
1995: Muestra de pintura cubana, Francia (organizada por el Fondo Cubano de Bienes Culturales).
Exposiciones personales
1989: Desconocidos (instalación de gran formato) Casa del Escritor, Matanzas.
1992: Pensamiento, dile a Fragancia. Centro de Arte de Matanzas.
1992: Pensamiento, dile a Fragancia. Centro de Arte de Holguín.
1993: Pequeña muestra de dibujos. Centro Cultural El hijo del Cuervo, México D.F.
1995: Dibujos. Taller Editorial Vigía, Matanzas.
1995: Las vitrinas del Llanero Solitario. Centro de Arte de Matanzas.
1996: Postales Pornográficas y Filosóficas. Centro de Arte de Matanzas.
1997: Estévez para Vigía. Casa de las Américas, La Habana.
1998: Yo espero confiando. Galería de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).
1999: Canto a mí mismo y otras guayaberas. Centro de Arte de Matanzas.
Performances
1999: Epifanía (performance callejero de gran formato) Calle del Medio, Matanzas.
1999: Tierra colgada del cielo. Galería de Arte de Matanzas.
Curadurías
1998, 1999, 2000: El camino más corto. Centro de Arte de Matanzas.
1999: Mi cabeza y yo. Museo de Arte de Matanzas.
2000: La canción del siglo XX. Centro de Arte de Matanzas.
Principales presentaciones internacionales de su obra
1996: Banff Centre of the Arts, en Alberta (Canadá).
1998: Facultad de Arte de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).
1998: The Paul University, en Chicago (Estados Unidos).
1998: Universidad Internacional de Florida, en Miami (Estados Unidos).
2000: Universidad de Boston (Estados Unidos).
2000: Escuela de Arte adscrita al Museum of Fine Art, en Boston (Estados Unidos).
Algunos premios y menciones
1973: Primera Mención y Mención del Concurso Internacional Juntos Creamos, convocado por la revista Polonia.
1992, 1993, 1994, 1995: Premio del Salón Roberto Diago
1994: Gran Premio Fayad Jamís al conjunto de obras realizadas para Ediciones Vigía, en Matanzas.
1995, 1997, 1999: Premio Salón Nacional de la Gráfica, en La Habana.
1990 y 2000: Premio Nacional Avellaneda, de Diseño Escénico, en Camagüey.
1990 y 2000: Premio Nacional Rubén Vigón, de Diseño Escénico, en La Habana.
2000: Premio Abril, a la exposición Canto a mí mismo y otras guayaberas.
2010: Premio Nacional de Diseño del Libro por la obra de la vida
2018: Premio Vitral de mi ciudad
Libros
1988: Cencerros de la noche. Matanzas: Vigía, 1988.
1989: Suite para voz y corazón en traje negro. Matanzas: Ediciones Matanzas, 1989.
1989: Si perdonas al árbol. Matanzas: Ediciones de la Ciudad, 1989.
1994: El dios tardío. La Habana: Cuba-Argentina (Colección Pinos Nuevos), 1994.
1994: La cáscara profunda. Matanzas: Vigía, 1994.