Desde hoy y hasta el 31 de marzo corresponde al movimiento sindical desarrollar el proceso político de presentación del Plan y Presupuesto del año 2023 en los colectivos laborales, respaldado por documentos rectores como la Constitución de la República (artículo 20), Código de Trabajo (artículo 18) y la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, en los que se define la participación de los trabajadores en la planificación, gestión y control de la economía.
Los debates tendrán lugar en un contexto complejo, caracterizado por la insuficiente captación de divisas convertibles, un elevado nivel de desabastecimiento, déficit fiscal, notable inflación que se refleja en el crecimiento especulativo de los precios con la consiguiente pérdida de la capacidad de compra de los salarios y las pensiones, además de la parcial dolarización de la economía, y un recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero que se convierte en el principal obstáculo al avance de los programas de desarrollo del país. Todo ello repercute de manera negativa en la calidad de vida de la población.
El análisis hay que fundamentarlo en correspondencia con las exigencias y necesidades presentes en la economía, e intercambiar con profundidad y argumentos en cada centro, pues no basta con la información de las cifras. Debemos erradicar el formalismo y la rutina con que en ocasiones se ha llevado a cabo este decisivo ejercicio democrático; ratificar el verdadero Plan que es el que da respuestas a las demandas del pueblo. Se trata de aprovechar la inteligencia colectiva de los trabajadores y ponerla en función de buscar soluciones.
Como expresara el compañero Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la CTC, en el X Período Ordinario de Sesiones de la Novena Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, para participar de un modo más directo en dicha discusión “hay que escuchar a la gente, beber de la sapiencia popular, con propuestas concretas que contribuyan a favorecer el desarrollo económico”.
Alcanzar los resultados esperados requiere de un amplio proceso de preparación y una mayor participación de nuestras direcciones sindicales y administrativas; a estas últimas habrá que exigirles rigor y transparencia en las rendiciones de cuenta sobre el Plan que se presenta. Ello será una vía para superarnos y perfeccionar la labor de dirección y control.
Es imprescindible que todo el que tenga una idea propositiva y aportadora pueda exponerla y contribuya a encontrar soluciones a los problemas más transcendentales del ámbito nacional y los referidos a la gestión propia de la entidad.
Los debates deben concentrarse en cómo potenciar la exportación de bienes y servicios, la sustitución de importaciones, el fomento de la inversión extranjera, el avance en la estabilización de la macroeconomía del país, el impulso a la producción de alimentos, avanzar en la reducción de desigualdades, la descentralización de competencias en función de una mayor autonomía municipal y la transformación integral de la empresa estatal socialista.
Especial atención demanda la evaluación de los resultados alcanzados en la aplicación de las facultades otorgadas al sistema empresarial, con énfasis en aquellas donde se mantienen pérdidas en su gestión económica, incumplen la productividad del trabajo y persisten altos niveles de fluctuación de la fuerza laboral, así como las crecientes cadenas de impagos provocadas por los elevados montos de cuentas por cobrar y pagar vencidas.
En el sector presupuestado deben abordarse las acciones dirigidas a reducir el déficit presupuestario, potenciar la recaudación de los ingresos, combatir las conductas evasoras, elevar el control del uso y destino de los gastos, el ahorro a partir del uso racional de los recursos financieros, materiales y humanos.
Conscientes de la responsabilidad que asumimos en la organización y el éxito de este proceso resultan determinantes las acciones que desarrollemos en el aseguramiento político de cada asamblea, en el contenido del informe, enfocado a debatir sobre las reservas para recuperar capacidades productivas, introducir la ciencia y la innovación, contribuir a mejorar la atención a los trabajadores, incluidos sus ingresos, además de prevenir y enfrentar con mayor efectividad el delito, la corrupción, las indisciplinas e ilegalidades.
Ello impone una acción sindical que favorezca el compromiso y la motivación de cuánto más se puede hacer con los recursos que hoy disponemos para generar una mayor y diversificada oferta de bienes y servicios, desde la producción material, con la productividad y eficiencia que demanda la economía. En la materialización de este propósito es insustituible el quehacer protagónico de los trabajadores.
Secretariado Nacional
Central de Trabajadores de Cuba