Martillo sobre el metal, tornos en constante girar para llevar las piezas a milimétrica perfección, chispa y calor en cada corte y soldadura, una y otra vez arranque de motores… he ahí la rutina diaria en la Empresa Filial de Servicios Automotores Cecilio Sánchez Valiente (Eisa) Santiago de Cuba.
Ese ciclo es parte de la vida de los 192 trabajadores de dicha industria, uno de los centros en los que resulta palpable lo que debía ser regla y no excepción en el ámbito empresarial de la nación: la eficiencia.
Lo concretan, no sin vaivenes, pero con rumbo seguro porque existe, aunque no sea cosa de juegos, un equipo.
Cuentan con un líder con espuelas largas nucleado de otros tantos “peleoneros” con responsabilidades de dirección, y para completar la partida, técnicos y obreros duchos, que saben lo que les toca, lo hacen a gusto y con motivación.
Entonces, ¿quién contra ellos?
Numeritos hablan
Del reordenamiento monetario a la fecha los planes de Eisa Santiago crecen y se cumplen.
En el año 2021 materializaron 39 millones 979 mil pesos, y en el 2022, de algo más de 42 millones previstos, alcanzaron 44 millones 246 mil pesos, con utilidades materializadas al 104 por ciento.
Lo que al vuelo se escribe y se lee tiene como trasfondo 12 meses de una resistencia creativa digna de reconocer en medio de una realidad inimaginable, en la cual las mayores abundancias fueron de carencias de recursos materiales y de financiamiento.
Ante tan desafiante panorama los de la empresa Cecilio Sánchez Valiente afilaron espuelas, salieron al ruedo y ganaron en buena lid.
Para ellos era cuestión de honor producir y defender el empleo —aún cuando la remotorización de vehículos, su esencia como entidad, fuera casi nula— y en tal misión pusieron talento y corazón con dos cartillas bien leídas: las 43 medidas aprobadas para dinamizar la empresa estatal socialista, y las facultades asignadas a la empresa filial (en la que se transformaron en agosto luego de un período como unidad empresarial de base).
“Para sustentar los planes diversificamos los servicios tratando de abarcar la mayor cantidad de necesidades del mercado”, narra con tono de persona apasionada por lo que hace el joven director Emilio Nápoles Soto.
“Para tal cuestión consolidamos los procesos de pailería y soldadura, fabricamos cercado perimetral, estructuras para naves, calzos de gomas, reparamos piezas colectoras de basura para Comunales, maquinamos partes, piezas y muchísimo más”.
Dentro de ese más va incluido el aporte a la sustitución de importaciones con la chapeadora, ciento por ciento hecha en Eisa Santiago, utilizada hoy en diversos sitios, entre estos el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo y varias entidades de la agricultura.
A sabiendas de que en buena compañía es mejor, y se avanza con mayor solidez, la empresa se encadenó productivamente con otros centros de la provincia (Retomed, Empresa Militar Industrial, Conformadora 30 de Noviembre-Marcel Bravo Escambray, Dived, Acinox), y logró asegurar materias primas y complementar los servicios prestados.
A lo dicho súmese el uso atinado de los créditos bancarios y como resultado tendrá a una empresa filial con estabilidad financiera, económica y generadora de utilidades.
“Por eso pudimos aplicar la Resolución 53, pago por resultados y distribución de utilidades, desencadenantes de un crecimiento del salario medio por trabajador de un 40 %, dice enfático Nápoles Soto, pero insuficiente, a partir de limitaciones que existen en la distribución de las utilidades formadas”.
Pido la palabra
Los de la Eisa Santiago son de armas tomar, más por experiencia y por su quehacer que por aquello que puedan decir; no obstante, cuando se trata de defender el trabajo, de buscar justeza en la correlación del esfuerzo y la entrega con los ingresos monetarios, no hay quien acalle la voz de los afiliados.
Alto y claro reclaman que cambie lo que consideran un desatino. Con el sindicato al frente, encabezado por Giraldo Badell Tisertt, aquellos que predican con el ejemplo cotidiano alzan sus voces.
“Hay cosas que no entendemos”, asevera Rafael Paulí Nápoles, tornero con 40 años de labor en la empresa Cecilio Sánchez Valiente.
“¿Por qué si somos nosotros quienes creamos las riquezas, si con nuestro sudor, viniendo sábados y domingos, formamos X monto de dinero, la mayor parte va para la empresa en La Habana, y aquí solo se queda un 10 % de lo que ingresamos?”.
Similares interrogantes inquietan al ajustador herramentista Pedro Miguel Archibal, al mecánico Omar Legrá, con 42 y 44 años de trabajo allí, respectivamente, y a tantísimos otros como Genry Mariano Castañeda Rodríguez, innovador con creaciones relevantes, y uno de los 11 trabajadores aprobados para recibir pago por alto desempeño, quienes en el año 2022 vieron materializado tal beneficio solamente una vez.
“Aun cuando la Resolución 34 es muy clara a la hora de crear las empresas filiales definiendo una serie de facultades, hoy en la práctica dichas facultades están limitadas por escrito, indicaciones o algún que otro documento jurídico que nos quita el poder de hacer uso de todo lo que se encuentre legislado”, comenta el director de Eisa Santiago.
“Un ejemplo es la distribución de utilidades y el pago por alto desempeño, en tanto ambos siguen regidos por una autorización nacional.
“Se habla de flexibilización y descentralización, pero no se aterriza con eso, hay restricciones, barreras, una de estas es que a nivel de provincia no existe autorizo para operar cuentas en moneda libremente convertible, solo en moneda nacional, eso limita la gestión y el desarrollo empresarial.
“La creación de empresas filiales no ha podido dar los dividendos que se esperaban porque se forman montos de dinero que no se autorizan a distribuir en su totalidad, situación que deberá cambiar a partir de reiterados análisis en los que el sindicato ha estado en primera línea”.
Año nuevo…
En la Empresa Filial de Servicios Automotores Cecilio Sánchez Valiente (Eisa) Santiago de Cuba, lo que abundan son mujeres y hombres corajudos y comprometidos.
“Presentamos un plan, asegura el director, en el que están acordes los crecimientos de las utilidades, con los del fondo de salario, con los de los aportes para poder seguir pagando la Resolución 53, redistribuyendo el pago trimestral de utilidades y aplicar pagos por resultados según la eficiencia que se pueda lograr”.
Para que así sea desde el primer día del año 2023 le ponen el pecho a lo previsto: alcanzar 48 millones 292 mil pesos, con metas a corto, mediano y largo plazos.
Confían en que este tiempo por venir, aunque difícil, ha de ser mejor en todos los órdenes.