El pasado nueve de noviembre comenzó la zafra azucarera en Camagüey por el central Panamá en el municipio de Vertientes; y aunque todo estaba organizado, el Carlos Manuel de Céspedes no pudo incorporarse en tiempo, debido a dificultades con una bomba de vacío.
Desde antes del primer pitazo siempre se supo que esta debía ser una zafra con los pies bien puestos en la tierra. Las condiciones concretas de las cuatro industrias, que usualmente en el territorio asumen el proceso fabril, lo dejaban claro: solo dos laborarían en esta contienda.
En varias ocasiones Lázaro Álvarez Padilla, director de coordinación y supervisión técnica del grupo Azucarero Azcuba en el territorio, había explicado las complejidades de esta zafra.
Y muchas de esas sabidas situaciones son las que hoy causan los días perdidos por roturas en el ingenio de Panamá, así como los atrasos en la cosecha por la falta de transporte, de baterías y de gomas.
Pero, como dicen las autoridades, existen reservas para lograr la meta. La deuda de azúcar asciende a más de 700 toneladas, pero si los trabajadores cumplen con los horarios y aplican los conocimientos para cada puesto laboral, esa cifra es recuperable.
Otro punto a favor será que los planes auguran un cierre de la zafra en abril, pero en la provincia es tradición extender el proceso hasta mayo, lo que permitirá incrementar los planes productivos siempre que se cuente con los insumos.
También ayudará a esta zafra la posible incorporación del central Siboney, que aunque no está contemplado en el plan técnico, gracias a algunas reparaciones, en enero podrá moler.
Como explicó en el pleno de la Central de Trabajadores de Cuba Álvarez Padilla, “la reparación de la caldera y de su economizador permitirá que esta industria haga unas seis mil toneladas de azúcar que se podrán destinar a la exportación”.
Incrementar ingresos
Aunque todas las dificultades pudieran ser obstáculos para los planes, las empresas agroindustriales azucareras de Camagüey, además, buscan maneras para potenciar los ingresos financieros.
Para ello, como detalló Álvarez Padilla, se ha concebido un plan de negocios que toma en cuenta la obtención de derivados del procesamiento de la caña.
Sería, en síntesis, hacer azúcar, cumplir con los planes y aprovechar todos los renglones que se pueden derivar del proceso y que resultarían muy útiles monetariamente para los trabajadores.
No obstante, como aseguran las máximas autoridades del territorio, para materializar esto es necesario cumplir con el plan técnico y en esta contienda 2022-2023 sería necesario, además, sortear los obstáculos y demostrar eficiencia.