Es cierto que la caña es algo más que azúcar, y por esa razón el movimiento sindical en Las Tunas pondera la táctica del grupo Azcuba en la actual zafra y lo considera necesario para mejorar la salud económica de sus entidades e ir creando bases estratégicas para salvar el sector agroazucarero.
Así lo reconocieron en el más reciente pleno de la organización obrera los miembros de su Comité Provincial, pero insistieron en que, como su nombre lo indica, la zafra tiene que ser pensada para la obtención de azúcar, renglón que ocupa un lugar predominante en la economía nacional.
En ese sentido, el miembro del Secretariado Nacional de la CTC, José Antonio Pérez Pérez, de vasta experiencia en estas lides, llamó la atención en torno a los peligros reales que amenazan la sostenibilidad de estas producciones sobre las que gravitan la difícil situación económica del país agravada por el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por los Estados Unidos a Cuba; los efectos de la pandemia y la crisis internacional.
Pero, “a esas causas objetivas se suman otras que dependen del hombre y requieren una transformación rápida”, advirtió el dirigente obrero en alusión a los problemas organizativos de la fuerza, desaprovechamiento de la jornada laboral, impagos a los trabajadores y el decrecimiento sostenido de la producción cañera en los últimos 10 años que acusa el territorio, entre otras prácticas que obstaculizan mejores resultados.
Y las evidencias de que se pueden vencer esos imponderables están, enfatizó, en los rendimientos por hectárea que muestran, por ejemplo, las unidades básicas de producción cooperativa Guabineyón 4 y Diego Felipe, ambas del municipio de Puerto Padre, que superan las 70 toneladas de caña y lo alcanzan en el mismo adverso panorama, con las mismas limitaciones de recursos, insumos, combustibles.
En Las Tunas de los cuatro centrales que están activos, a saber: Antonio Guiteras, Majibacoa, Amancio Rodríguez y Colombia, solo los dos primeros cristalizarán el crudo y los restantes ya producen meladura destinada a la fabricación de alcohol y rones como parte un programa que posibilita probar la industria de cara al futuro y refrescar las arcas empresariales.
El “Guiteras”, ahora en contienda, molerá durante 105 días para elaborar 46 mil 307 toneladas de azúcar y ya tiene atrasos; y, el “Majibacoa” lo hará por espacio de cien días desde inicios de enero hasta completar el plan de la provincia, el mayor del país que asciende a un poco más de las 69 mil toneladas.
“Este ingenio solo dispone del 50 por ciento de la caña en tierra propia, la cifra restante debe llegar desde el ´Grito de Yara´, en territorio granmense”, dijo Alberto Hechavarría Diéguez, secretario general de la CTC en el municipio homónimo.
Así las cosas, el futuro se vislumbra incierto, porque las cañas fenecen en los campos y las campañas de siembra no cumplen las expectativas, “y ese asunto no lo puede descuidar el movimiento sindical”, insistió José Antonio Pérez Pérez y convocó a priorizar la producción cañera como el primer paso en los senderos de la salvación del sector.
También valoraron otras cuestiones vinculadas con la economía territorial, signada por las cuantiosas pérdidas económicas en la inmensa mayoría de sus entidades, principalmente del Comercio y la Gastronomía, incluidas las unidades empresariales de base de reciente creación constituidas para fortalecer esa esfera tan cercana al pueblo.
Y preocupan y ocupan los resultados que van logrando, porque “hasta la fecha acumulan pérdidas superiores a los 99 millones de pesos”, aseveró Mericeli González Hernández, secretaria de ese sindicato en la provincia.
Hay claridad en que el éxito depende en mucho de la acertada conducción de dirigentes administrativos y sindicales a los colectivos laborales en la base, donde se materializan todos los proyectos.
Por ese motivo, “el Consejo Nacional de la CTC convocó a convertir al 2023 en un año de transformación del funcionamiento sindical que significa darles la prioridad a todas las tareas correspondientes”, recordó José Antonio Pérez Pérez y fustigó la ausencia en las secciones de los reglamentos de sus respectivos sindicatos nacionales.
La sindicalización y la implementación de las medidas aprobadas para la salvación de la agroindustria azucarera, el aumento de la producción de alimentos y el fortalecimiento del Comercio fueron otros asuntos analizados.
Odalis Batista Pérez, secretaria general de la CTC en Las Tunas, remarcó el imperativo de dar un cambio rápido en el quehacer sindical y llamó a aprovechar los procesos orgánicos actuales con ese objetivo.
En las conclusiones, William Ramírez Pérez, miembro del Buró Provincial del Partido, reconoció la profundidad de las intervenciones, ratificó la confianza que la Revolución tiene en su clase obrera y felicitó a la dirección sindical, a los trabajadores y al pueblo por la hombrada que protagonizan frente a los desafíos de este año que finaliza.
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