Este fin de semana debe reabrir al tránsito vehicular en ambos sentidos el puente metálico sobre el río Canímar en la carretera central, justo en el kilómetro 119, en el tramo comprendido entre la ciudad cabecera provincial y el municipio de Limonar.
Antes de someterse a la reparación, el también conocido como puente Castillito, por el nombre de un caserío cercano al lugar, se encontraba en un avanzado estado de deterioro.
Las labores para restañar el enlace en esta importante vía se extendieron por espacio de dos meses (de acuerdo con el cronograma previsto), período durante el cual fue preciso utilizar como vía alternativa el desvío Ibarra-Trinvirato-Caoba, con un alargue de más de diez kilómetros.
Aunque en la ruta sustituta acometieron acciones de eliminacion de baches con mezcla asfáltica y colocación de señaléticas, es lógico suponer que la reparación de este puente ocasionó lógicas molestias y gastos adicionales para los conductores.
También afectó a los residentes en comunidades circundantes. «Durante este tiempo el transporte ha estado peor que nunca, cuando cierran el puente no hay cómo llegar a Matanzas desde aquí», contó una vecina del poblado de Ibarra.
Entre los trabajos de mayor trascendencia, según explicó Raciel Armas Perdomo, jefe del grupo de proyectos de la Cooperativa No Agropecuaria Sancof, están el cambio de las 14 columnas verticales o piezas de soporte, el mantenimiento constructivo de las vigas principales dañadas y la sustitución de seis secundarias, además de la pintura y limpieza de todo el área.
Incluyó la colocación de nuevas crucetas en las diagonales, encargadas de garantizar el cierre del viaducto, así como los puntos de apoyo de las tres secciones del puente, acciones principales que se llevaron a cabo con la participación de unos 25 paileros, soldadores, albañiles y andamieros, empeñados en restituir la funcionalidad a la estructura.
Al definir los requisitos de calidad de los trabajos, Armas Perdomo significó que todos los empates con soldadura han sido certificados por inspectores acreditados.
Anael Veiras Mayedo, pailero de la Cooperativa, calificó de intensas las jornadas de trabajo y aseguró que fue particularmente difícil acometer las acciones en las estructuras de apoyo, las cuales exhibían una corrosión muy avanzada, precisó.
Luego de casi un siglo desde su construcción, este puente metálico sobre el río Canímar recibió acciones periódicas de conservación pero a todas luces sin el alcance necesario para evitar el efecto del tiempo y la indisciplina de algunos choferes.
(Tomado de Girón)
