“La alimentación es imprescindible en cualquier explotación ganadera. No se pueden tener especies animales sin asegurarles alimentos, agua y manejo adecuado”, y son la causa fundamental de la caída de las producciones de carnes y otras proteínas en Cuba.
En el acercamiento al tema de la producción de alimentos para los animales, Trabajadores encontró aristas opuestas y concordantes: un buen ganadero de Cabaiguán asegura que el alimento, el agua y el manejo les corresponden al productor; sin embargo, un especialista con muchos, años de experiencia asume que al productor no le debe importar dónde se produzca, él lo que necesita es el alimento en el momento adecuado. Si bien es cierto que el productor está para producir, las circunstancias actuales exigen que también él se ocupe de sembrar lo que será la comida para sus animales.
La consulta a Benito Migolla Díaz, jefe del departamento de Alimentación Animal, del Ministerio de la Agricultura (Minag), corroboró que vistos desde cualquier punto, son los problemas más serios que inciden en la involución de los resultados productivos.
En este momento de crisis económica y de alimentos, hablar de producciones históricas de cualquiera de las especies más prominentes sería contraproducente, pues están tan remotas como cualquier estrella del firmamento.
II
Actualmente la ganadería vacuna depende de pastos naturales; en la primavera hay que preservar alimentos para la seca, aunque con plantas proteicas, agua (unos 120 litros diarios per cápita) y los resultados científicos es factible lograr un nivel medio de producción, afirmó Benito.
En los últimos cuatro años han seleccionado 433 unidades ganaderas, 105 centros de desarrollo de novillas y 10 productores destacados por cada municipio, los de mejor trabajo en la alimentación, donde prueban los adelantos científicos que se encaminan a la autosuficiencia.
En esos escenarios tenemos que lograrlo todo, para que sirvan de ejemplo y extenderlo al resto de los ganaderos; la fórmula es con pastos y forrajes, y vamos incorporando centros en la medida que avancen. “No les vamos a dar recursos; la situación es compleja: el bloqueo impacta en la disponibilidad de combustibles y tecnologías.
El especialista refirió las limitantes con las semillas, pues las estaciones territoriales se han debilitado, pero elogió los avances de empresas como la Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, que tiene una excelente finca con plantas proteicas y pastizales; y los resultados de Venegas, Obdulio Morales y Managuaco, todas en la provincia de Sancti Spíritus.
Sin embargo, en tierras de tradición ganadera como Camagüey, el marabú ganó terreno e impide que crezcan los pastos, y escasea el personal para realizar el desmonte de la maleza, aunque no dejan de aplicarse soluciones puntuales que deben generalizarse.
Para asegurar alimentos a la masa vacuna se buscan alternativas como nuevas variedades y el apoyo de la ciencia. Desde el año 2018 se implementa el Proyecto de Desarrollo Ganadero (Prodegan), en cooperativas de los municipios de Sibanicú, Guáimaro, Jimaguayú y Camagüey, el cual busca mejorar los indicadores de producción de leche, sus derivados, y carne con apoyo financiero y equipamiento, no obstante su puesta en práctica no tiene la celeridad requerida.
La UBPC Combate de Pacheco, de Jimaguayú, fue beneficiada con equipamiento para la siembra de plantas proteicas, implementos agrícolas y tractores, con los cuales recuperan caminos, más de 500 hectáreas (ha) de pastos e hicieron un pozo.
Juan Carlos Medina, presidente de la UBPC, explicó que los resultados productivos y económicos son alentadores; este año limpiaron otras 65 ha que estaban cubiertas de marabú y las alistan para la siembra de plantas forrajeras. Con autosuficiencia alimentaria podremos llegar al millón de litros de leche en el 2026.
Los territorios beneficiados con equipamiento de Prodegan conservan alimentos en silos o bolsas, hacen pacas y cuentan con pequeñas fábricas procesadoras de alimentos. ¿Pero cómo resuelven los otros nueve municipios?
Una alternativa que han adoptado los campesinos de Vertientes es suplementar la alimentación del ganado con los restos de las cosechas de arroz; en Florida también los han aprovechado sin renunciar a la siembra de plantas proteicas, que se potencia en la provincia, manifestó Alberto Pérez Cuellar, jefe del departamento de ganadería de la delegación de la Agricultura, en Camagüey.
Válida es la experiencia de los hermanos Juan José y Ricardo Mendoza en su finca La Clarita, donde aplican doble ordeño y con 70 vacas logran unos 83 mil litros de leche en el año. Garantizan alimentos y agua, se vinculan con las tecnologías de la estación de semen, la cría artificial; emplean el acuartonamiento, la rotación de los animales, y en dos máquinas mezclan plantas proteicas y minerales para mejorar la calidad de los alimentos.
La Universidad de Camagüey contribuye con programas relativos a la elaboración de ensilajes, heno, siembra de pastos y el diseño de mezclas para piensos con recursos locales como la harina de hojas de tithonia, morera y leucaena, utilizado también como suplemento para los ovinos.
Correponde a los campesinos cultivar lo que necesitan para sostener la masa vacuna. La esperanza no puede recaer en las donaciones de equipos o en lo que los científicos innoven; con buen pasto y agua el ganado crece.
Ramón Aguiar Betancourt, presidente de la Comisión Agroalimentaria del Parlamento, considera que “a pesar de la información sobre las potencialidades de las plantas proteicas y los daños que provocan las sequías, no se logra crear una conciencia plena sobre el asunto.
“Los resultados de un grupo de productores no se generalizan y no se hacen sostenibles; el extensionismo agrario no tiene el impacto deseado. Hay que continuar estudiando el modelo de gestión para que esta actividad promueva incentivos económicos y se logre la recuperación gradual y sostenible”.
III
Frente al desafío de procurar la nutrición de los rebaños porcino y avícola, el ingenio de los trabajadores se yergue en busca de alternativas para mitigar el impacto de la escasez de materias primas de importación, de las que dependían y todavía dependen la producción a gran escala de pienso industrial.
Para aquilatar la situación basta recordar que en Las Tunas recibían en un mes hasta mil toneladas (t) de soja y otras mil 300 de maíz de importación. “Para este último trimestre del año 2022 solo recibimos 60 o 70 t de soja para el sostenimiento de la masa en los cebaderos”, comentó Idalexis Peña Echeverría, director de la Empresa Porcina.
“En el pico de la producción, con más de dos mil 500 cerdos, nos entregaban varios tipos de pienso: de inicio, para reproductoras y para las demás categorías, y casi perdimos todo: hubo que vender precebas después del destete para evitar muertes por desnutrición, porque no teníamos ningún alimento que suministrarles”, describe.
Del 2015 al 2017 se lograron las máximas producciones de carne de cerdo en Las Tunas y en el país, recordó Peña Echeverría, pero “a partir del primer trimestre del 2018 se agudizó la falta de materias primas para hacer piensos, y perdimos los convenios establecidos con los productores individuales, que en más de 342 generaban entre cinco mil y seis mil t de carne anuales.
En Las Tunas, como en las demás provincias del país, los porcinocultores acataron las indicaciones del Ministerio de la Agricultura y del Grupo Nacional que atiende, que se basaron en garantizar el sostenimiento de la masa básica e ir creciendo paulatinamente.
Desde marzo del 2022, explicó Peña Echeverría, “comenzamos una estrategia local de producción de alimentos a partir del cultivo de yuca, maíz y sorgo en tierras de la empresa y otras arrendadas”. Además, recurrieron a productores individuales y firmaron contratos para comprar otros cultivos que complementan las dosis del pienso.
Reconoce que falta mucho en la producción de los alimentos para los animales; comenzaron por obtener 700 t en el primer trimestre, que crece con la compra de maíz, la elaboración de harina de yuca y la adquisición en Ciego de Ávila de pequeñas cantidades de soja.
Poco a poco dejaron de mirar al puerto, aunque tendrán que seguir llegando insumos de otros lares, “porque su producción requiere de infraestructuras y recursos para el riego al cultivo intensivo de soja, pero está claro que el maíz y la yuca sustituyen a los alimentos energéticos que se importaban.
“El decrecimiento de la masa porcina en Las Tunas se ha detenido.
No estamos hablando de un crecimiento que satisfaga demandas, pero es innegable que la estrategia rinde frutos”, aseguran productores, obreros de las fábricas de pienso y el mismo Idalexis Peña, quien conduce los destinos de los porcicultores allí.
IV
En una visita a Las Tunas, el vicepresidente de la República Salvador Valdés Mesa llamó a los avicultores a fomentar la cría de gallinas semirrústicas como alternativa para la producción sostenible de huevos, y en Mayarí definió la prioridad de extenderla con agilidad a todos los municipios y comunidades del país.
La fortaleza de esta especie, su resistencia a enfermedades, la producción y adaptabilidad posibilitan su crianza con el empleo de alimentos alternativos, una realidad que florece en varios municipios.
Walsires Corrales Ávila, director técnico de la empresa avícola tunera, explicó que tienen seis unidades para la crianza intensiva de codornices y de gallinas, en la modalidad de pastoreo, iniciativa que comenzó en la comunidad rural de El Ross, en Manatí, donde hay unos seis mil animales de las dos especies, y para extenderla a otros lugares intensifican las labores en la planta de incubación.
Primero hay que garantizar las condiciones como la alimentación, para luego llevar a los animales, que en los primeros 84 días de vida reciben pienso industrial y a partir de ese momento los alimentan con pienso criollo elaborado con las cosechas de maíz, sorgo, yuca y caña en el propio módulo.
El propósito es completar 48 posiciones en los ocho municipios con el fin de tributar al autoabastecimiento local una notable cantidad de huevos, aseguró Pedro Calero, el director de la empresa avícola.
De Manatí “las aves volaron” a Majibacoa, donde ya pastorean 960 reproductoras semirrústicas en la unidad José Robothán, y cuentan con cinco mil 181 reemplazos en la UEB Emilio González, del municipio de Las Tunas.
Los trabajadores de los centros que se dedican a estas crianzas hacen desde el desbroce del marabú la preparación del suelo y la siembra, de granos, yuca y caña. Ebismel Pérez, jefe de la brigada de El Ross transmite un mensaje: “La idea es paliar la situación alimentaria produciendo proteínas sin tener que hacer grandes importaciones de comida para las aves”.
El técnico Pedro Enrique Pérez, quien se ocupa del fomento de la lombricultura, comentó que dos veces por semana las gallinas las ingieren como refuerzo en la comida; mientras aprovechan el humus de lombriz en la fertilización de los cultivos y sembrarán alevines para hacer harina de pescado e incorporarla a la dieta.
En las zonas de Sitio Piedra, la Loma y San Gregorio, en el municipio de Las Tunas, se ven avances en estas crianzas. Yunior Pérez Santos, al frente de uno de esos colectivos, expresó la voluntad de que “echar pa’lante”, y de ello dan fe más de 592 gallinas semirrústicas en el semipastoreo, que producen diariamente 190 huevos de cáscara marrón, totalmente ecológicos.
V
La reducción de la producción cañera, y con ella la de derivados para alimentación animal, otrora sostén de la ganadería, puso un foco rojo a la búsqueda de otras alternativas; la certeza está en virarse para el campo y producir lo que requieren los distintos ganados. La recuperación de la industria azucarera es fundamental por los aportes de las mieles y levaduras en las dietas.
Las experiencias, la voluntad de los productores, el impulso de la ciencia y algunos resultados promisorios proyectan luz sobre un aspecto clave de la ganadería: la alimentación; una cadena inviolable, que no admite más críticas y sí apoyo a las alternativas.
En medio de este necesario empeño se impone la máxima de desarrollar un trabajo sistemático que no permita marcha atrás. Así además con la contribución de medidas económicas-financieras podría recuperarse el equilibrio entre producción-precio y consumo.