Cargando...Por Gabino Manguela y Daniela Estevan Polo (Estudiante de Periodismo)
La atención integral a infantes, adolescentes y jóvenes, a la familia en sentido general, sobre la base de la formación de valores y su plena incorporación a la vida en sociedad, constituye propósito fundamental de los análisis y debates que desde el pasado lunes realizan en La Habana trabajadores sociales, especialistas en la materia y directivos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Entre las temáticas esenciales de este Taller Nacional de Sistematización de Experiencias de Trabajo Social ha estado, precisamente, la visión educativa, preventiva y en situaciones de riesgo, acciones donde se han puesto de manifiesto determinadas carencias en etapas precedentes.
Tales insuficiencias se aprecian en el accionar de las entidades en la identificación, atención, y transformación de fenómenos como el embarazo en la adolescencia y el consumo de droga, así como en la atención, seguimiento y solución a otros importantes problemas presentes en la realidad cubana de hoy.
Como precedente para el análisis ha estado también la falta de sistematicidad en la labor conjunta para mejorar las condiciones que propicien la mejor participación de niños, adolescentes y jóvenes en el cumplimiento de sus deberes escolares, para así evitar la deserción y conductas negativas nocivas que no pocas veces provocan delitos.
Con sede en salones de la Escuela Superior del Partido Ñico López, los participantes debatieron aspectos de importancia del macro programa “Desarrollo Humano, Equidad y Justicia Social”, un entramado de políticas universalistas e inclusivas y políticas y acciones diferenciadas.
El documento constituye un engranaje más que teórico en aras del respeto igualitario de derechos universales básicos, protección y garantía de oportunidades reales de acceso al bienestar; imparcialidad en el trato a las personas y tratamiento preferencial a desventajas y vulnerabilidades, tomando en cuenta los puntos de partida diferentes de las personas.
También prevé evaluar la efectividad de los proyectos educativos institucionales y de grupos para la atención diferenciada de los estudiantes que incumplen con mayor frecuencia los deberes escolares o riesgos asociados, como la reacción precoz de las relaciones sexuales violencias, adicciones prostitución suicidio, así como la atención diferenciada a su familiares.
El citado macro programa se erige como un proceso de mejora integral de las condiciones de vida de las personas, de ampliación de sus capacidades y del acceso a las oportunidades humanas, según el contexto histórico-social y sobre la base de la sostenibilidad económica, social y ambiental.
Persigue reducir situaciones de vulnerabilidad que limitan la capacidad de las personas, familia, hogares y grupos para enfrentar amenazas y aprovechar oportunidades; elevar la participación efectiva de las personas en la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida económica, política, social y cultural y garantizar el uso eficiente, efectivo y eficaz de los presupuestos sociales.
Según se pudo conocer, entre los impactos esperados están una mayor calidad y preparación de todos los actores que intervienen en la identificación, atención prevención y transformación, con estrategias oportunas capaces de anticiparse a las problemáticas que afectas a infantes, adolescentes, jóvenes y la familia.
Asimismo, perfeccionar el accionar intersectorial en el trabajo social dirigido a la consolidación de los valores éticos y morales en correspondencia con nuestros principios. Para ello es necesario fomentar el vínculo escuela―trabajador social―comunidad, en función de la creación de un sistema integral de prevención desde los primeros indicios.
