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Carlos Rafael Rodríguez y una entrevista memorable

A inicios de mayo de 1993 alguien me advirtió que Carlos Rafael Rodríguez, cienfueguero de pura cepa, destacado revolucionario, economista, diplomático e intelectual cubano, cumpliría 80 años el día 23 de ese mes. “Quizás puedas hacerle una entrevista”, me dijo.

 

Carlos Rafael Rodríguez fue un destacado revolucionario, economista, diplomático e intelectual cubano. / Foto: periódico 5 de Septiembre.

 

¿Pero cómo?, me pregunté. Él se encuentra en La Habana y yo en la ciudad de Cienfuegos, a cerca de 300 kilómetros de distancia. Pensé entonces en utilizar un método tradicional: la valija de la correspondencia. Preparé las preguntas con una introducción y se las envié.

¡Qué sorpresa! Poco después tendría en mis manos sus respuestas, todas con la profundidad de pensamiento que lo caracterizaba. Quizás haya sido la última que le hicieron en vida, pues falleció el 8 de diciembre de 1997.

Íntegramente fue publicada en una página completa del periódico Granma, donde yo laboraba entonces como corresponsal en Cienfuegos.

Poco después se efectuó un Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) en el cual él estuvo presente. Ya su salud estaba quebrantada. En uno de los recesos, en el lobby del Palacio de Convenciones le pregunté al médico que lo acompañaba si podría saludarlo. Me llevó frente a Carlos Rafael y le dijo que yo era el periodista cienfueguero que lo había entrevistado. Tenía afectada la voz, pero sonrío y me abrazó como a un hijo. Sentí su agradecimiento y el extraordinario honor de aquel gesto que guardo entre mis más valerosos recuerdos.

Cuando se creó la cátedra honorífica que lo honra en la Universidad de Cienfuegos que lleva también su nombre, puse en manos de quienes la dirigen aquel documento valioso, con sus respuestas y su firma, para que pudiera ser resguardado y utilizado en trabajos de diplomas, tesis, análisis económicos y políticos…

Desde aquellos memorables días sentí que Carlos Rafael Rodríguez  era tan grande como humilde, porque bien pudo obviar las preguntas que poco valor tenían, porque el valor verdadero de una entrevista, como aseguró Gabriel García Márquez (El Gabo), no están en las interrogantes, sino en las respuestas.

¡Honor a quien honor merece!

 

Algunos datos de su vida

Los restos de Carlos Rafael Rodríguez descansan en el cementerio Tomás Acea, de su7 ciudad natal: Cienfuegos. / Foto: OCCC.

 

Cursó sus primeros estudios en el Colegio Monserrat, un centro de la Compañía de Jesús (Jesuitas) en Cienfuegos. Posteriormente continuó su educación en Champagnat, una escuela de los Hermanos Maristas.

Matriculó en la Universidad de La Habana y terminó en cuatro cursos los estudios de Derecho y Ciencias Políticas, Sociales y Económicas, en condición de primer expediente. De un total de 33 asignaturas, recibió 33 calificaciones de Sobresaliente, 31 premios ordinarios y cuatro extraordinarios, así como el Premio Nacional González Lanusa In Memoriam, al mejor estudiante de Derecho.

Fue uno de los fundadores del Grupo literario Ariel y de la revista Segur (1934). Se graduó de Doctor en Derecho Civil y en Ciencias Políticas, Sociales y Económicas en la Universidad de La Habana en 1939. También integró el Consejo de Dirección de la revista Universidad de La Habana (1935) y la Comisión de Estudios Constitucionales de la Dirección Nacional del Partido Comunista. Fundó, junto con Juan Marinello y Ángel Augier la editorial Páginas.

A los 17 años se incorporó a la lucha que libraba el Directorio Estudiantil Universitario en Cienfuegos contra la dictadura de Gerardo Machado, por lo cual sufrió prisión en 1931. En 1935 integró el Comité de Huelgas Universitario, que dirigió las luchas estudiantiles. Por desavenencias con la política entreguista del Directorio, renunció a su cargo de alcalde y pasó a formar parte del Ala Izquierda Estudiantil, bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba, organización a la que ingresó en 1936.

En junio de 1958 fue designado representante del Partido Socialista Popular (PSP) ante Fidel Castro Ruz, en la Sierra Maestra. Regresó a La Habana dos meses después, para coordinar la ayuda que brindarían los miembros de esa organización política a las tropas rebeldes, que se proponían realizar la invasión a occidente, las cuales estuvieron dirigidas por los comandantes guerrilleros Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Retornó nuevamente a la Sierra, donde permaneció durante los últimos meses de la lucha insurreccional.

A partir del triunfo de la Revolución ocupó múltiples responsabilidades de importancia: director del periódico Hoy; presidente del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) entre 1963 y 1965; ministro–presidente de la Comisión Nacional de Colaboración Económica y Científico Técnica, desde 1965 hasta 1976; representante permanente de Cuba en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (Came); viceprimer ministro para el sector de Organismos Exteriores, desde noviembre de 1972 hasta diciembre de 1976, y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), desde su creación en octubre de 1965 y de su Secretariado, desde 1965 a 1976.

En el Primer Congreso del PCC (diciembre de 1975) fue elegido miembro de su Comité Central y posteriormente del Buró Político y Secretariado. El 2 de noviembre de 1976 fue electo por Cienfuegos diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

El 3 de diciembre de 1976 pasó a ocupar los cargos de vicepresidente del Consejo de Estado y vicepresidente del Consejo de Ministros.

Como diplomático tuvo una gran participación en los delicados contactos extraoficiales que se produjeron entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos durante las décadas de 1970 y 1980.

Falleció el 8 de diciembre de 1997 en La Habana, a los 84 años de edad. Su sepelio tuvo lugar el 9 de diciembre en el Cementerio de Colón, en la capital del país. Hoy sus restos descansan en el cementerio Tomás Acea, de la ciudad de Cienfuegos, donde nació.

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