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Palco #12: Marruecos y Portugal no dejan dormir

Walid Regragui y Fernando Santos son dos tipos que quizás no puedan dormir hoy de tanta felicidad. Uno porque eliminó a España, con todo lo que eso conlleva, y el otro porque dejó a Cristiano Ronaldo en el banco y su equipo jugó mejor que nunca, haciendo parecer a Suiza un conjunto de segunda división.

Foto: Collage PL

Otro que tal vez no duerma es Luis Enrique. Incomprendido, el técnico asturiano mantuvo sus ideales hasta el final. Mucho ruido y pocas nueces, dirían algunos. Fútbol estéril, dirían otros. Pero lo cierto es que España no estaba para mucho más en este Mundial, sin figuras, sostenida por chicos de 20 años. ¿Qué iba a hacer Luis Enrique? ¿Decir que su equipo no daba para ser campeón mundial? Por supuesto que no.

Él respaldó a quienes lo respaldaron, a los mismos con los que llegó a las semifinales de la Eurocopa y la final de la Liga de las Naciones compitiendo de tú a tú contra selecciones más fuertes, más hechas. Los que hoy lo critican, disfrutaron eso, tanto como aquella goleada a Alemania, pero siempre le desearon el mal.

El mal llegó hoy. El plan no dio frutos y cuando esto pasa, sufre La Roja, ahogándose en su propio paradigma. También los asfixió Amrabat. Lógico que si el rival se mete con diez atrás, tengas que hacer más pases para intentar llegar. Por un poco Morata no logró cabecear, antes la había mandado al cielo, Asensio también la tuvo y Sarabia le sacó chispa al poste. Ocasiones que no se contabilizan.

Marruecos estuvo sometida durante casi 120 minutos, pero conforme con que fuera así, esperando algún destello de Boufal, En-Nesiry o Ziyech, que inquietaron, sobre todo a Llorente.
Así, los marroquíes terminaron ganando, tras un penal convertido por un jugador nacido en España: Achraf Hakimi.

Los aplausos para Yassine Bono, que puso más cuesta arriba el panorma de los españoles. Paró dos disparos y se erigió como uno de los héroes de la jornada. Lástima que el último recuerdo de Busquets en un Mundial sea un penalti fallado. Será también una noche difícil para el capitán.

A algunos les quedara la duda de si Borja Iglesias, Canales, Nacho, Iago Aspas o Sergio Ramos hubieran cambiado algo. Sinceramente, no lo parece y tampoco había forma de que acabara bien para Luis Enrique, a menos que levantara la Copa del Mundo.

Con insomnio también debe estar Cristiano Ronaldo, relegado a la banca y viendo como su reemplazante, Gonçalo Ramos firmaba tres golazos ante una Suiza que sorprendió con sus displicencias.

Fernando Santos debe ser un genio de estos que no lo aparentan. Dejó también en la banca a Leão e hizo que João Félix pareciera el mejor Kaká, más allá del aspecto físico.

Los lusos entraron por los ojos de un rival al que le quedó grande el partido. Un recital en centro del campo con Otavinho, Carvalho, Bernardo Silva y Bruno Fernandes opacó a los suizos que vieron como se sumaban al recital de goles los defensas Raphael Guerreiro y Pepe.

Para las estadísticas Akanji dejó el descuento del equipo chocolatero. Cuando estaba todo decidido Santos determinó que era el momento de que entrara Cristiano Ronaldo, y como el sexto no caía sacó de la banca al mejor jugador de la Serie A de Italia el pasado año: Rafael Leão. Este hizo el sexto.

¿Quién se atreve a cuestionar a Santos? No lo sé, solo sé que esta noche habrá mucha gente que no podrá conciliar el sueño.

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