La organización de la zafra que acaba de comenzar por el central 14 de Julio, de Cienfuegos; los sistemas de pago, el enfrentamiento al robo de recursos y la atención al hombre fueron temas medulares en el análisis del Pleno del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros (SNTA), efectuado esta semana.
Mediante videoconferencia, los secretarios de los comités provinciales y miembros del Comité Nacional del SNTA explicaron cómo desarrolla el proceso de preparación de la zafra, sobre todo las pruebas de inicio en los 23 centrales que molerán en esa campaña 2022-2023; los impagos a los productores y la necesidad de que los trabajadores conozcan los sistemas de pago.
Juan Velázquez, jefe de seguridad y protección de Azcuba explicó la situación que presentan algunos centrales con el robo del azúcar y otros recursos, entre los que citó al Mario Muñoz, de Matanzas y Panamá, de Camagüey; explicó la esencia del trabajo conjunto de las administraciones con el sindicato para buscar incentivos que eliminen ese flagelo, aumentado este año.
La necesidad de emplear adecuadamente los medios de protección, algunos escasos en estos momentos como los cascos, pero imprescindible para proteger la salud y la vida de los trabajadores fue ratificada por Roberto Betarte, funcionario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Sobre el plan de negocios de las empresas, esencialmente en aquellas que no harán azúcar, pero tienen encadenamiento para la producción de derivados, en el cual son vitales los indicadores financieros y los de seguridad y protección comentó María Verdecia, jefa del Grupo de Planificación de Azcuba.
El pleno también analizó asuntos planteados en la discusión del plan del 2023, entre ellos los aseguramientos de ropa y calzado, la capacitación a los trabajadores, los sistemas de pago y la atención a los innovadores, que muchas veces salvan el funcionamiento de la industria y la maquinaria.
Antonio León Mursulí, director de Capital Humano deAzcuba, hizo énfasis en los sistemas de pago, pues se prevén remuneraciones de hasta los 8 mil pesos, para lo cual se requiere el cumplimiento de los indicadores físicos con la eficiencia prevista, pues no es una reforma salarial, ni un salario básico, ello tiene un componente móvil que es más del doble del salario. “Hay que hacer el azúcar para ganárselo, y hacerlo en el tiempo previsto”, enfatizó.
Al finalizar, William Licourt González, secretario general del SNTA puntualizó aspectos como la generación de utilidades, que hasta octubre solo obtuvieron 10, de las 72 empresas de Azcuba; y los rendimientos agrícolas, sobre todo en las UBPC que mantienen los más bajos respecto al resto de las unidades productoras.
Sobre los nuevos empleos (se han generado 243 para esta zafra) insistió en la capacitación a todos los trabajadores incorporados, aunque sean los cíclicos, y en la atención que se debe dar a los innovadores en todos los escenarios productivos.
Esta zafra es pequeña, pero complicada; debe consolidar la estructura de las empresas agroindustriales aprobada en el 2021, que acentúa la autonomía de la gestión de estas entidades.