Otra barrida de Agricultores en la Liga Elite del Béisbol Cubano (LEBC) -su quinta en lo que va de campeonato- pudiera haberse ganado el motivo de estas líneas si no fuera porque a la par que el equipo de Carlos Martí se escapa en solitario hacia la postemporada, el llamado “gol” de la pelota, los jonrones, han escapado también, pero a un lugar desconocido.
El batazo más esperado del béisbol, el que levanta de los asientos a los fanáticos, el único capaz de cambiar con un swing la decoración de un partido, vive en esta justa una terapia intensiva no directamente vinculada a una calidad superior del pitcheo. Vayamos a los datos precisos y a algunas causas reales de lo que está sucediendo.
En 93 juegos celebrados hasta el 1 de diciembre se habían pegado apenas 71 vuelacercas y eso lejos de ser menos de un cuatroesquinazo por encuentro, habla del por ciento más bajo entre todas las ligas del Caribe que se juegan ahora mismo. ¿Son nuestros serpentineros tan dominantes en realidad? ¿Es tanta la crisis de bateadores de fuerza en nuestra pelota? ¿Habrá alguna causa ajena no contemplada y que esté falseando hasta cierto punto los números del pitcheo?
Antes les propongo conocer varias estadísticas. Solo un jonrón con bases llenas se ha podido conectar tras transcurrir casi dos tercios de la lid (lo pegó Pavel Quesada ante Dachel Duquesne el 12 de noviembre); Ganaderos es el único que ha podido pasar con su alineación de 13 batazos de vuelta completa (suman 17); al tiempo que la entrada más productiva es la cuarta con 12, a pesar de que los líderes del torneo, Agricultores, son los únicos que no han podido disfrutar de esa alegría en ese capítulo.
Luego de conversar con varios peloteros que intervienen en la LEBC pudimos conocer que si bien es cierto que al principio se jugó con la misma esférica de la Serie Nacional (Teammate), desde hace unas semanas se hace con otra pelota, la cual “no bota igual, incluso los lanzadores lo saben y tiran más en zona porque se le puede dar duro, pero no camina. Fíjate que han disminuido hasta los extrabases”, advirtieron a este colega jugadores con poder en sus muñecas como Iván Prieto y Guillermo Avilés.
Para quienes les gusta el tema de coleccionar y compilar números sobre la conexión más difícil, pueden anotar estas. Cuatro bateadores emergentes hasta ahora son los únicos que han podido salir fríos del banco y desaparecer las esféricas; mientras el tunero Danel Castro consiguió su nuevo récord de jits en series nacionales /2379) con un inusual cuadrangular dentro del terreno.
El líder de este departamento en esta LEBC, Yordanis Samón (Ganaderos) apenas suma cinco en 30 partidos. Y si miramos bien, en realidad dio esa cifra en 20, porque en los últimos diez desafíos no ha podido burlar las cercas. Es decir, hace alrededor de 15 días la frecuencia de estos atractivos batazos cayó en picada y lo único que ha cambiado es la pelota.
La preocupación sobre el bote de la pelota llega también a la producción de extrabases, pues solo 301 (202 dobles, 28 triples y 71 jonrones) dentro de 1631 indiscutibles no es nada halagüeño. Para rematar, hemos ya presenciado varios partidos sin registros de estas conexiones ni fildeos en las zonas de seguridad de los jardineros, que cada día juegan más adelantados en las praderas.
Lo realmente peligroso de todo lo descrito es que las estadísticas resulten engañosas a la hora de analizar las actuaciones de lanzadores y bateadores en esta LEBC. Eso no quita que de verdad esté concentrada la calidad y que haya más paridad. Pero cuando se desaparecen los jonrones las señales siempre apuntan a causas que no solo es dominio de los pítcheres o ausencia de grandes sluggers.
Seguiremos el tema, mientras Agricultores se escapa… y los jonrones también.