La definición del grupo E parecía una secuela de la serie anime japonesa Naruto: en una aldea neutral llamada Catar, el Hokage nipón Hajime Moriyasu ordenó a sus ninjas enfrentarse a un nuevo monstruo de múltiples colas que había destrozado al clan de la Pura Vida y que mostró, a través de su maestro Luis Enrique, una gran parte de sus Jutsus contra los Tanques de Teutonia.
Moriyasu reunió a sus mejores guerreros, los más veloces y sanguinarios para hacer frente a los trucos de la Bestia Roja, especialista en esconder el balón, hipnotizar y hacer daño en el momento menos esperado.
Los de Aldea Nipona colmaron el campo de batalla de multiclones de sombra para afectar la generación de la bestia. Estaban por todas partes y por momentos lo lograban y metían en problemas a la defensa del monstruo, presionaban al Sensei Busquets y buscaban clavar sus kunais.
Pero desde la distancia, Luis Enrique lanzó un Genjutsu materializado por su discípulo Morata, de cabeza, desactivando los chakras del arquero Gonda.
Este escenario favorecía a los de Teutonia, que se fajaban con los de la Pura Vida y habían asestado un buen golpe por mediación de Gnabry de Baviera, que por fin pudo batir con un Jutsu de cabeza al legendario ninja tico Keylor Navas.
Musiala, el prometedor chico de Teutonia, estaba sometiendo a los rivales con sus técnicas ilusorias, cuando en pergaminos sellados llegó la noticia de que los nipones le habían propinado un gran batacazo a la bestia de Hispania.
Como narra la leyenda, los bichos de colas tienden a no saber controlar sus potencialidades. Y otra vez, producto de la confianza, una concatenación de errores puso a Ritsu Dōan de frente al arco de Unai Simón y el combate se igualó.
Dōan liberó todo su chakra y lo hizo rotar detrás del balón para soltar un Rasengan que doblegó los puños de Simón.
Moriyasu sabía que su jutsu basado en el elemento agua, aplacaba el fuego que alimentaba a los de Luis Enrique. Tres minutos después, Mitoma ejecutó un Genjutsu de alto nivel que convenció hasta al Var de que el balón estaba dentro, descolocó a los rivales, y asistió a Tanaka que clavó fuerte el kunai en las entrañas del contrincante.
Mientras, los ticos se aprovecharon de la pérdida de chakra de Neuer y empataron el partido ante los de Teutonia. Un tanto más de los del clan de la Pura Vida y se quedaban en el camino los de Hispania y los de Teutonia, que no hacían valer el linaje de su clan lleno de mitos históricos.
Musiala y compañía seguían empujando, pero la valla de Navas no caía y en otra escaramuza, mediante la lucha cuerpo a cuerpo, cayó el segundo del clan tico.
Luis Enrique invocaba nuevos guerreros para que encaminaran a la Bestia Roja. Asensio, Ansu, Ferrán… todos incapaces de vulnerar la técnica de sellado de Moriyasu.
Sin embargo, en la otra arena, Flick, Hokage de Teutonia, metió al campo a Havertz, un asesino a sueldo, que vulneró en par de ocasiones el arco de Navas y dio vida a Hispania.
La batalla entre los ticos y los teutones los dejó sin fuerzas… Abrieron las ocho puertas internas y quedaron fuera de la carrera por tomar la aldea neutral de Catar.
En los avances del próximo capítulo, los nipones, que avanzaron primero, se cruzan en el camino con el clan croata de los Balcanes, poderosos guerreros, encabezados por el espadachín Modric San, capaces de ejecutar casi todos los tipos de técnicas conocidas.
Mientras, la Bestia Roja de Luis Enrique, herida, se encontrará con otro monstruo peligroso, de menos colas, pero que ha sembrado el miedo en la zona catarí: los Leones del Atlas, representantes de la Aldea Marroquí. Por esas tierras áridas se rumora que el guía de la bestia de Hispania usó la capacidad de predecir del Sharingan, para tomar un camino que le permita recuperarse.