Leandro Luis Rodríguez Monteagudo fue enfático al afirmar: “La fábrica de productos lácteos de Cumanayagua, en la provincia de Cienfuegos, ya no tiene nada de italiano en su tecnología, ahora es made in Cuba”.
Y argumentó su aseveración. “Los equipos fundamentales tienen 46 años de explotación continua, pues la fábrica se inauguró en 1976, y aún se mantienen en operaciones. ¿Cómo ha sido eso posible? Gracias al aporte de los innovadores. Ellos son los que mantienen vivas las plantas., con mucha voluntad y creatividad. Por eso digo que ya la industria es cubana. Por dondequiera hay un invento, una solución, un equipo, pieza o aditamento creado por los propios trabajadores”.
Leandro Luis es el coordinador de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) en la empresa láctea Escambray.
Precisó que el año pasado presentaron 72 ponencias en los encuentros que organiza la Anir y en el presente totalizarán más de 30 para que sean inscriptos en el Libro de Registro. Acotó que cada año aportan entre 60 y 70 soluciones. “No todas son de gran impacto, por supuesto, pero juntas significan millones de pesos ahorrados al país. Además, se mantienen activos los equipos que ya presentan un notable deterioro”.
“Ha entrado alguna tecnología nueva o relativamente nueva, pero también hemos tenido que mejorarla o adaptarla. Antes de que surja un problema hay que pensar en la posible solución”, señaló.
Agregó además, que se han aportado cuantiosas soluciones en lugares muy específicos e importantes de la empresa, como la Fábrica de Queso y la unidad empresarial de base (UEB) de Soya. Esta última tiene unas bombas que tienen características especiales y son de fabricación estadounidense. Ellas llevan un diafragma de goma que se rompe periódicamente y no pueden comprarse debido al bloqueo. “Nosotros los hacemos”, manifestó.
La Empresa Láctea Escambray cuenta con un Comité de Innovadores y Racionalizadores (Cir) integrado por 199 aniristas. De ellos, 37 son mujeres.
El anteriormente denominado Combinado Lácteo Escambray fue ubicado en esa localidad, a unos 30 kilómetros de distancia de la ciudad de Cienfuegos, porque el municipio cumanayagüense, por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro, se convirtió por las características de su geografía de la zona llana y sus suelos en el principal polo ganadero de esta provincia. En sus predios están ubicadas dos grandes empresas: El Tablón y La Sierrita, además de un grupo numeroso de productores privados.
No obstante, la leche se acopia diariamente en los ocho municipios de este territorio, a pesar de las notables limitaciones con medios de transporte para recoger y también distribuir.
Proeza
El coordinador de la Anir en esa entidad contó, muy entusiasmado, sobre la pobreza ejecutada por un grupo notable de trabajadores en los días más difíciles de la pandemia provocada por la Covid 19 y que ha llenado de orgullo al colectivo.
Durante 14 días permanecieron albergados, sin visitar a sus familiares ni salir fuera de los predios de la industria. Gracias a esa actitud, pudieron garantizar las producciones destinadas a la canasta básica, sin afectación alguna.
La actitud de los integrantes de ese colectivo ha sido valorada de proeza y mereció el reconocimiento del buró provincial del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca (SNTIAP) y del Ministerio de ese sector (Minal).
Ante cada dificultad encuentran siempre una solución. Por ejemplo, se ha afectado el envasado de la leche en las bolsas de nailon. Decidieron entonces distribuirla a granel diariamente. Las personas acuden a la bodega con un recipiente y allí le venden el producto, esencial para los niños. Quizás por las dificultades con el transporte demore algo la distribución y la llegada a las localidades más alejadas de la planta, pero siempre se abastece cada unidad comercial. Horas de labor y consagración caracterizan el quehacer nocturno de quienes están responsabilizados con la pasteurización de ese alimento.
Mercedes López Acea, viceministra primera del Minal, expresó al respecto: “¡Cómo se han defendido en esa empresa las producciones básicas para el pueblo! Y no ha sido solo la voluntad expresa de la administración, sino también la de los trabajadores y sobre todo, la de los innovadores”.
“Hay que reconocer el desempeño de los trabajadores, de los colectivos comprometidos y consagrados”, afirmó la directiva.
“Resulta necesario estimular el cumplimiento permanente, el empeño de hacer cada día más y de pensar como realizarlo cada vez mejor y dedicarle a productos tan importantes para la población el tiempo que se requiera”, agregó.
Los trabajadores de la Empresa de Productos Lácteos Escambray fueron durante esos días, y aún lo son, un ejemplo para todo el país.
