El trabajo conjunto de los sindicatos y la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores en las provincias y municipios requiere avanzar todo lo necesario como componentes del sistema de ciencia, tecnología e innovación para viabilizar la aplicación de soluciones en función de la economía y el funcionamiento orgánico en las organizaciones de base.
Para lograrlo hay que llevar a la práctica elementos cardinales como la integración con organismos e instituciones estatales en los territorios, el cumplimiento de lo estipulado en los Convenios Colectivos de Trabajo y poner al descubierto el incumplimiento de las responsabilidades administrativas, aspectos en los cuales insistieron los participantes en el Pleno del Comité Nacional de la Anir, efectuado en el Centro de Convenciones Lázaro Peña, en La Habana.
“Siempre esperamos que alguien venga a nosotros y no podemos ser pasivos, sino proactivos”, enfatizó Martha Jiménez Torres, inspectora de la Asociación en la provincia de Villa Clara, argumentar la necesidad de entender la integración como “un sistema que permite avanzar unidos en un fin común tan vital como la generalización de resultados”.
Desde su experiencia acumulada como anirista, llamó a tener en cuenta el conocimiento actualizado de la legislación vigente y la función inherente al Consejo Técnico Asesor en la entidad y una vía para lograrlo es, precisamente, la integración y hablar en un idioma común.
Al ahondar en el tema Ana Isa González, presidenta de la Anir en la provincia de Sancti Spíritus, debatió por qué algunos territorios muestran resultados favorables en la integración con instituciones como la Contraloría General, el Fórum de Ciencia y Técnica, entre otras, mientras hay lugares donde no se logra articular ese propósito.
En nombre de la Academia de Ciencias de Cuba, su vicepresidenta Isneri Talavera, destacó la relevancia de la Anir por su contribución al desarrollo científico del país. Al respecto señaló el propósito de concertar un convenio de colaboración entre ambas entidades mediante programas de actividades que materialicen la integración.
Alberto Gómez Abreu, gestor de un proyecto de desarrollo local para la recuperación de equipos tecnológicos de impacto en el sector de la salud, educación, producción de alimentos y turismo en Ciego de Avila, concibe a la Asociación como una fortaleza, sin embargo nuestro grupo de trabajo, como nueva forma de gestión económica, no cuenta con una estructura anirista que permita generalizar resultados a otros territorios y remunerar a los creadores.
Amplio análisis suscitó lo relacionado con el Convenio Colectivo de Trabajo. Maité Lorenzo Silva, vicepresidenta de la Anir nacional, insistió en la estricta observancia que requiere reflejar en ese documento todo cuanto concierne a los innovadores y racionalizadores, un aspecto que no siempre aparece en el texto o se incumple lo que dicta su contenido.
Leobanis Avila Gongora, miembro del secretariado de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), subrayó que en la elaboración del Convenio es vital la presencia de un representante de la Anir desde su participación activa como miembro de la comisión negociadora y no como un ente pasivo ante el empleador.
Instó a dirigir la mirada hacia adentro de la Asociación en cada colectivo, revitalizar donde así lo requiera la asamblea de asociados, delimitar responsabilidad a la hora de tramitar una innovación y estimular a su autor y dar un mejor aprovechamiento a la función de los inspectores y potenciar la acción del municipio y la provincia por su vinculación con la base.
No podremos pretender alcanzar resultados superiores si continuamos haciendo lo mismo, acentuó en su intervención al ponderar la necesidad de revisar lo realizado en el 2022 y hacer uso de la creatividad en las proyecciones hacia el año entrante, una etapa en la que los retos seguirán siendo superiores.