Una breve nota de la Empresa de Ferrocarriles del Centro (EFC), publicada en Facebook, dio a conocer que ya comenzaron las operaciones de transportación para exportar balastro (material pétreo con una granulometría entre 3 y 6 centímetros, con buena resistencia a la compresión y el desgaste) con destino al Tren Maya, en México, uno de los proyectos más grandes que se ejecutan en la zona geográfica donde vivimos.
Los embarques se efectuarán por el puerto de la ciudad de Cienfuegos.
Para materializar ese importante propósito se han ejecutado diversas inversiones, fundamentalmente por la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería (Ecoing) número 12, como el mejoramiento en tiempo récord de un tramo de vía férrea que posibilita el trasiego desde la planta de áridos que procesa el producto, vías de acceso al frente de cantera y otras.
En la exportación resulta esencial la labor de la Empresa de Materiales de la Construcción (EMC) y de la unidad empresarial de base (UEB) de Ferrocarriles, ambas de Cienfuegos.
En una nota publicada en México se da cuenta que Manuel López Obrador, presidente de la nación azteca, ha planteado el reto logístico de ejecutar el proyecto en un año. La obra requiere millones de toneladas de balastro para estabilizar las vías, pero en cientos de kilómetros a la redonda no hay piedra adecuada para ello. Una parte considerable tiene que ser transportada en camión desde la costa del Golfo de México, a unos 900 kilómetros (550 millas) de distancia.
Durante la explicación del mandatario, reflejada en los medios de comunicación, anunció la posibilidad de que el balastro lo podrían importar desde Cuba en cantidades mayores por vía marítima.
Los buques procedentes de la Mayor de las Antillas anclarán en el puerto de Sisal, al otro lado de la península de Yucatán, y la piedra se trasladará en vehículos automotores de carga a través de unos 300 kilómetros (180 millas) a algunos sitios donde se realizan las labores de construcción.
El Tren Maya unirá los puertos de Coatzacoalcos (Golfo de México) con el de Salina Cruz (Atlántico), en la nación azteca, y beneficiará, según aseguran políticos y expertos, no solo a la economía, sino también a una parte considerable de la sociedad de ese país.
Recorrerá una distancia de mil 550 kilómetros aproximadamente y pasará por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en los cuales residen 7 millones 300 mil personas en situación de pobreza, de los cuales el 30 por ciento se encuentra en la fase extrema.
Debido a que el desarrollo no ha llegado a esa región de la misma forma que a la norte y central, el proyecto pagará una deuda histórica al favorecer la infraestructura de transporte y la conectividad.
Además de posibilitar el trasiego de mercancías diversas entre ambos puertos, permitirá el progreso de las actividades turísticas, dados los muchos atractivos existentes en esa zona, los que no se han desplegado a plenitud en las comunidades que se encuentran marginadas.