La justicia penal en Cuba posee entre sus fortalezas la manera coordinada para garantizar la reincorporación social y la rectificación de conductas de los ciudadanos sancionados, un principio humanista, inclusivo y que apuesta a influir positivamente en el ser humano.
Bajo esa premisa, el XI Taller Nacional sobre la labor de control, influencia y atención de los jueces de ejecución con las personas que extinguen sanciones en libertad evaluó el esfuerzo concertado no solo de juristas, sino también organismos estatales, las organizaciones de masas y la comunidad, entre otros factores.
En la apertura del evento, que sesiona en el Centro de Convenciones Cojímar, Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular (TSP), catalogó la cita como una oportunidad compartida, que a lo largo de dos décadas y por la experiencia acumulada se ha convertido en una labor imprescindible en la prevención y enfrentamiento a los delitos, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales.
Precisó que los encuentros multidisciplinarios y multisectoriales en las provincias y municipios del país efectuados con anterioridad se han convertido en escalones hacia estadios superiores del desempeño de este sistema de trabajo, concebido para analizar avances y deficiencias e intercambiar experiencias a través de aplicar ciencia e innovación y disponer de tesis de Maestrías y Doctorados que permiten identificar mejores formas de hacer, acordes con las circunstancias que van cambiando con el tiempo en el país, la región y el mundo.
Acerca de los resultados de esta actividad, significó que la mayoría de las personas que son objeto de la modalidad sin internamiento concluyen la sanción de forma adecuada y satisfactoria en el sector estatal y en los nuevos actores de la economía; no obstante, hay deficiencias asociadas a la falta de sistematicidad en las acciones de control y en algunos lugares se incumplen los derechos laborales de los sancionados aun cuando tienen todas las prerrogativas de los trabajadores.
Expresó la necesidad de perfeccionar la búsqueda del empleo adecuado donde puedan aportar o realicen el mismo en que se desempeñaban con anterioridad y lograr la continuidad de estudios o vincularlos a estos cuando se reincorporen a la sociedad.
El papel de los jueces de ejecución –precisó- tiene que ver con la base humanista que soporta todo el sistema judicial cubano. Ellos son verdaderos artífices de esa labor educativa dirigida a sumar y no olvidar a nadie en su función coordinadora.
Durante el Taller sesionarán comisiones sobre temas como empleo y estudio, acciones de seguimiento y control así como las relaciones del juez de ejecución con las Salas o secciones de incidentes, entre otros asuntos.
Presidieron la jornada inaugural, además, Oscar Silvera Martínez, ministro de Justicia; Yamila Peña Mena, fiscal general de la República; el general de brigada Oscar Callejas Valcárcel, jefe de la Policía Nacional Revolucionaria, y el primer coronel Osmani Leiva Díaz, segundo jefe de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios.
