Sin miramientos de mes en el calendario, el turismo en Santiago de Cuba busca siempre ofrecer variedad y calidad a sus clientes, nacionales y extranjeros, pero sin dudas el período de noviembre a abril viste de largo los ofrecimientos de las instalaciones hoteleras y extrahoteleras.
Dicho período marca la llamada temporada alta, etapa en la que se incrementa la llegada de turistas provenientes, en lo fundamental, de mercados europeos.
Ese lapso de tiempo bien pudieran nombrase como la “zafra turística”, momento para el lucimiento mayor, y , por supuesto, el incremento de los ingresos en ese importante sector de la economía.
En Santiago de Cuba, como en el resto del país, el transcurso de la temporada alta se aprovecha convenientemente a favor de consolidar opciones, propuestas, maneras de hacer tanto en el orden gastronómico, de recreación y más.
Es esta la ocasión en la que se da con mayor énfasis la sinergia entre todos aquellos involucrados en la logística imprescindible para la prestación de los servicios turísticos confirmando la frase que define al sector: locomotora de la economía.
Para este polo del suroriente de la mayor de las Antillas la temporada inició con buen pie.
Después de casi dos años sin operaciones, se volvieron a abrir las puertas del emblemático hotel Meliá Santiago de Cuba, llegó un grupo FAM con turoperadores y agentes de viaje de Hola Sun Holidays Canadá, y ya se anuncia otro del mercado europeo, fundamentalmente español, así como la apertura de un vuelo directo Madrid-Santiago de Cuba, además del reinicio de operaciones del complejo hotelero Sierra Mar-Los Galeones.
Buenas nuevas que confirman aquello de que para muestra basta un botón, algo así como la premonición de que lo que bien comienza, bien termina.