Por Joel García
Pinar del Río.— Además de las tierras prodigiosas para el tabaco que posee San Juan y Martínez, desde 1937 existe una Estación Experimental obre ese cultivo, a la que el huracán Ian no respetó y le infligió afectaciones considerables, sobre todo desde el punto de vista constructivo en sus instalaciones y casas de cura.
El Doctor en Ciencias Nelson Rodríguez López nos recibe como si llegáramos a su casa (aquí lleva 30 años, 22 de ellos como director) y se le nota que los destrozos ocasionados le nublan por momentos el semblante, aunque es de las personas más optimistas que puede conocer alguien en tiempos de recuperación.
Varios miembros del Consejo de Dirección de la Estación vivieron esas horas intensas de ráfagas de viento y lluvia en el laboratorio, que es lo más sólido del lugar, en el cual resguardaron además equipos y materiales propios para su labor. “Donde sí acabó fue en la biblioteca y en el área administrativa pues los paneles no aguantaron la fuerza del aire, que soplaba a más de 200 km/h”, cuenta con pesar Rodríguez.
De los 107 trabajadores, alrededor del 34 % tuvo afectación en sus hogares, con 11 derrumbes totales. Además, igual cantidad perdieron todo el techo 12 parcialmente las cubiertas de sus casas. “Hemos ayudado con placas de zinc que se cayeron de las casas de tabaco. La necesidad primaria son las viviendas de la gente porque los damnificados no pueden venir a trabajar”, explica el último Hombre Habano, denominación recibida el 9 de septiembre.
Perteneciente al Instituto del Tabaco radicado en San Antonio y al grupo Tabacuba, esta estación se ocupa de proveer de semillas y realizar todas las investigaciones relacionadas con el tabaco, las nuevas variedades, las nuevas tecnologías, los sistemas de curación y la correcta selección de las hojas. “Es decir, trabajamos en todas las cadenas menos en lo industrial porque no tenemos muchas fábricas acá”, argumenta el Doctor en Ciencias.
El sindicato, los compañeros del Instituto, nos han apoyado desde el día siguiente tras el paso del huracán. De los propios materiales entregados al director para hacer su casa han repartido ya una buena parte de estos entre sus trabajadores. Y no concibe haber actuado de otra manera que no fuera así, siendo solidario.
“Continúo soñando que tendremos una Estación recuperada más pronto que tarde. Sin nosotros el tabaco puede vivir un tiempo, pero no todo el tiempo”, concluyó.